La reacción de Barbón al accidente de los Lagos: no descarta ahora el tren cremallera y habrá reformas en la carretera

El Presidente del Principado adelanta que habrá mejoras de seguridad en la vía de Covadonga, como ampliar espacios para el cruce de autobuses y hacerlos "obligatorios"

La reacción de Barbón al accidente de los Lagos: no descarta ahora el tren cremallera y habrá reformas en la carretera

La reacción de Barbón al accidente de los Lagos: no descarta ahora el tren cremallera y habrá reformas en la carretera

Ramón Díaz

Ramón Díaz

El tren de cremallera de Covadonga a los Lagos no está definitivamente descartado. Pese a que el proyecto permanece olvidado desde hace años y a que, hasta ahora, el Ejecutivo autonómico no lo había contemplado ni siquiera como opción a estudiar, el presidente del Principado, Adrián Barbón, modificó ayer el relato. Lo hizo tras la primera reunión del nuevo Consejo de Gobierno, en Cangas de Onís, y solo dos días después del escalofriante accidente ocurrido en la carretera de los Lagos, al salirse de la carretera un autobús del plan de transporte y deslizarse varios metros por una pendiente. El resultado, 49 heridos: seis de ellos graves, seis menos graves, y 37 leves, entre estos últimos, los diez menores que viajaban a bordo.

El jefe del Ejecutivo autonómico descartó que el siniestro se produjera por una rotura de la carretera, pero sí admitió la necesidad de adoptar medidas para mejorar la seguridad de los usuarios del plan de transporte a los Lagos. De hecho, hoy mismo se celebrará una reunión urgente de la comisión de seguimiento del plan, en la que se debatirán la situación y las posibles medidas a adoptar.

Barbón opinó que sería «complicado» que saliera adelante el proyecto del tren a los Lagos, que se puso sobre la mesa hace ya dos decenios, como alternativa al actual plan de transporte en autobuses y taxis, y que desde algunos sectores se defiende como alternativa para evitar accidentes como el del lunes. La dificultad radicaría, según Barbón, en que la Ley de Parques Nacionales prohíbe ese tipo de infraestructuras, salvo que sean de interés general, algo que considera «difícil» de argumentar en este caso. No obstante, admitió por primera vez desde que accedió al cargo, en 2019, que sería «bueno» que se estudiara el proyecto del tren de cremallera.

«Soy heterodoxo, no descarto nada por sistema», subrayó el Presidente, quien diferenció entre el tren de cremallera a los Lagos y el funicular de Bulnes (en realidad es un tren de cable), construido dentro del parque nacional de los Picos de Europa e inaugurado en 2001, pues en este caso «el interés general sí estuvo justificado», ya que la infraestructura ferroviaria «da servicio a una población», destacó.

«Más importantes» que las medidas a largo plazo, como podría ser el tren de cremallera, son «las actuaciones a corto plazo», manifestó Barbón. En este sentido, expuso posibles actuaciones para mejorar la seguridad de los usuarios del plan de transporte, como la de habilitar en la carretera espacios «claros»; esto es, más amplios para facilitar el cruce de autobuses y hacerlas «absolutamente obligatorias». Sobre la posibilidad de que el transporte de viajeros a los Lagos se realice en microbuses, Barbón reseñó que desconoce si sería una buena solución, y que prefiere esperar a que sean los informes técnicos los que determinen qué hacer para mejorar la seguridad.

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Rodrigo Hernández

Por otro lado, el jefe del Ejecutivo comentó que «no habrá marcha atrás» en el plan de transporte a los Lagos, que gestiona la empresa Alsa. Descartó así volver a permitir el acceso al parque nacional en vehículos particulares durante todo el año, como ocurría antes de la aplicación del plan de transporte. Reveló que solo en el último año el plan ha evitado que circularan por la carretera de los Lagos 85.000 vehículos privados. Y que desde el año 2005, cuando empezó a aplicarse, han subido en autobuses a los Lagos 2,5 millones de personas. Volver a la situación anterior sería «insostenible», pues supondría una grave afección, «tanto a la seguridad de las personas como al medio ambiente», añadió.

Cita del Presidente en septiembre con todos los alcaldes para tratar los retos del mandato

Adrián Barbón presidió ayer el primer Consejo de Gobierno de la legislatura en el Aula del Reino de Asturias, en la antigua iglesia de Cangas de Onís, ubicada en el barrio de Cangues d’Arriba y popularmente conocida como «la iglesiona». Justo detrás de la mesa, un retrato del rey Pelayo; a la derecha, el de Alfonso I, «el Católico» y a la derecha el del Alfonso II, «el Casto». Entre los anuncios del Presidente tras el encuentro, destaca que el próximo 6 de septiembre convocará a todos los alcaldes y alcaldesas de Asturias a una reunión para tratar «problemáticas similares y los retos de la legislatura de forma compartida».

Manifestó su intención de celebrar reuniones del Consejo de Gobierno en todos los ayuntamientos de Asturias y su deseo de agilizar «al máximo» la definición de la estructura del nuevo gabinete, que ha comenzado ya con la aprobación de los nombramientos de cinco personas que ocuparán las secretarías generales técnicas de otras tantas consejerías: Andrea Suárez (Vicepresidencia y Consejería de Presidencia, Reto Demográfico, Igualdad y Turismo); Beatriz Alejos (Ciencia, Empresas, Formación y Empleo; Antonio González (Salud); Begoña Fernández (Educación), y Diana Bernardo (Transición Ecológica, Industria y Desarrollo Económico).

Barbón quiso visitar tras la reunión del Gobierno la capilla de San Antoniu, que los cangueses llaman «El Nuestru», donde fue recibido por el párroco, Diego Macías, y el responsable del templo, Antonio Vega. Posteriormente, firmó en el Libro de Honor del Ayuntamiento de Cangas de Onís, donde dejó constancia de su decisión de celebrar la primera reunión del Consejo de Gobierno «en la primera capital del Reino de Asturias». Destacó que la reivindicación de la historia regional debe servir para afrontar «los retos del futuro». Agradeció al alcalde, José Manuel González, y al resto de la Corporación la excepcional acogida», y citó la «preocupación» que supuso el «terrible accidente» de los Lagos. Cerró su mensaje con un «¡Puxa Asturies!». Barbón finalizó su visita a la ciudad con un paseo por las inmediaciones del puente «romano».

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