Oviedo y Gijón incorporan una resonancia y un TAC para atender una demanda desatada

La sanidad pública asturiana realiza 25.000 pruebas diagnósticas de alta tecnología al mes, pese a lo cual las esperas siguen al alza

Integrantes del equipo de Neurorradiología Intervencionista del HUCA, con el nuevo angiógrafo. Desde la izquierda, Pelayo Foz (enfermero), Pedro Vega (neurorradiólogo), Omar Álvarez (enfermero), Eduardo Murias (neurorradiólogo), Paula Álvarez (supervisora de enfermería) y Ana Navarro (enfermera). | LNE

Integrantes del equipo de Neurorradiología Intervencionista del HUCA, con el nuevo angiógrafo. Desde la izquierda, Pelayo Foz (enfermero), Pedro Vega (neurorradiólogo), Omar Álvarez (enfermero), Eduardo Murias (neurorradiólogo), Paula Álvarez (supervisora de enfermería) y Ana Navarro (enfermera). | LNE

Pablo Álvarez

Pablo Álvarez

En la sanidad pública asturiana se están practicando cada mes una media aproximada de 25.000 pruebas diagnósticas, sumando resonancias, escáneres (TAC) y ecografías. Al año, unas 300.000 exploraciones. La oferta aumenta, pero la demanda crece más. Y eso provoca que, pese al incremento de actividad realizada, se hayan disparado tanto el número de pacientes en lista de espera como los promedios de demora. 

En el momento actual, están registradas 16.553 peticiones de resonancia magnética pendientes de ejecutar: casi el doble que hace cuatro años, antes de la pandemia de covid-19, pese a que la actividad ha crecido ligeramente (un 5,6 por ciento) con relación a 2019. El aumento de usuarios pendientes de un escáner es inferior, pero aún así muy significativo: del 40 por ciento en los últimos cuatro años, a pesar de un incremento del volumen de pruebas que se cifra en el 25 por ciento. La espera media para someterse a una resonancia es de 116 días. El promedio de demora para un TAC, de 76 días.

Con el objetivo de atender unas necesidades crecientes, dentro de unos meses, tanto Oviedo como Gijón contarán con una resonancia más y un escáner más. Los nuevos equipos de la capital del Principado se instalarán en el Hospital Monte Naranco; los de Gijón, en el centro de salud de Puerta de la Villa. Las obras están en marcha en ambos edificios. Se prevé que las máquinas puedan entrar en servicio entre finales de este año y principios del siguiente. 

Como norma general, se estima que con un escáner funcionando en turnos de mañana y tarde pueden realizarse unas 60 pruebas diarias; y con una resonancia, en torno a 20 exploraciones al día. Esto significa que los nuevos equipos (dos resonancias y dos TAC), permitirán en conjunto explorar a 800 pacientes más por semana, si funcionan en turnos de mañana y tarde.

Situación de las pruebas disgnósticas antes y después del covid-19

Situación de las pruebas disgnósticas antes y después del covid-19 / lne

Eso sí, estas cifras de actividad requieren una dotación de personal completa, algo nada sencillo por cuanto la disponibilidad de especialistas en radiodiagnóstico es muy limitada, y la formación de los técnicos que manejan las máquinas requiere tiempo y esto genera discontinuidades en las plantillas, subraya Faustino García Arias, jefe del servicio de Radiodiagnóstico del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA).

¿Por qué está aumentando en tan gran medida la demanda de exploraciones diagnósticas? Se suman varios factores. Por una parte, ese elemento intangible, y que supuestamente va a menos de forma paulatina: la asistencia médica que dejó de pedirse o de darse durante la crisis sanitaria del coronavirus. Por otro lado, el progresivo envejecimiento de la población, con la consiguiente expansión de los trastornos de salud. Y, como tercer elemento, una tendencia –que se observa en numerosas especialidades médicas– a que los médicos soliciten más pruebas.

«La culpa no es de nadie: ni del sistema sanitario ni de los usuarios», resume el doctor García Arias. Y añade: «Hay una regla que es ineludible: cuantas más consultas externas se atienden en un hospital, más aumenta la petición de pruebas».

La llegada de estos cuatro equipos de diagnóstico a Oviedo y Gijón se enmarca en el programa «Next Generation EU» del Plan de Inversión en Alta Tecnología (Inveat) del Gobierno de España. Las partidas para Asturias ascienden a 15,6 millones: 12,9 que llegan de Europa y 2,7 que pone el Principado.

El Plan Inveat implica la incorporación a los centros sanitarios de la región de siete escáneres, cinco resonancias magnéticas, un PET-TAC, dos angiógrafos y dos salas de hemodinámica. De este modo, la sanidad pública asturiana se halla inmersa en la mayor renovación de equipos de alta tecnología de toda su historia. Cinco hospitales que son cabecera de área están viendo reforzada su flota de aparatos diagnósticos e intervencionistas: los de Jarrio, Cangas del Narcea, San Agustín (Avilés), Central de Asturias (HUCA) y Cabueñes (Gijón).

Los 17 nuevos equipos se dividen en dos grandes grupos: cinco son para reemplazar aparatos ya obsoletos (tres escáneres y dos resonancias); los doce restantes tienen como objetivo reforzar la dotación de cinco de las ocho áreas sanitarias de la región.

Como gran novedad, el aparataje de vanguardia deja de ser un privilegio exclusivo de los grandes centros de cada zona y llega a los dos espacios ya citados: el ovetense Hospital Monte Naranco y el centro de salud Puerta de la Villa, gijonés.

Este plan estatal se propone reducir la obsolescencia del parque tecnológico, ya que "permitirá renovar todos los equipos que superen los doce años de antigüedad". En el caso de los aceleradores lineales –a Asturias no llegará ninguno– y los TAC, el plazo es más corto: diez años.

De los equipos que llegan a Asturias, el más costoso es un aparato de tomografía por emisión de positrones (PET-TAC) de altas prestaciones para el HUCA. El precio de este dispositivo asciende a 2.583.713 euros.

Un angiógrafo biplano en el HUCA para la intervención en casos de ictus

El Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) acaba de incorporar un nuevo angiógrafo biplano digital de última generación que permite realizar intervenciones más rápidas, seguras y precisas en el tratamiento de los ictus y otras patologías cerebrovasculares. Además, constituye una potente herramienta diagnóstica. Con esta máquina se atiende a pacientes que sufren aneurismas y malformaciones arteriovenosas cerebrales, estenosis carotideas e intracraneales así como enfermos con ictus isquémico agudo. El angiógrafo está dotado de dos tubos de rayos X y dos arcos incorporados en el mismo, lo que permite realizar los procedimientos neurorradiológicos al visualizar la zona del cerebro en la que se interviene desde dos perspectivas diferentes, por ejemplo, un plano frontal y otro lateral. A su vez, está equipado "con todos los avances tecnológicos más recientes y aporta como principales ventajas una mejor resolución y a mayor tamaño sin perder definición, así como un tiempo más breve para la adquisición de estas imágenes, todo ello con menores dosis de radiación y de contraste", subraya la Consejería de Salud. De esta forma se consigue información más rápida y precisa de la anatomía de la lesión, tanto para planificar el tratamiento como para aumentar la seguridad en la ejecución de patología neurovascular de alta complejidad, lo que permite mejores resultados en las intervenciones.

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