Barbón estudia dar "un paso más" en el papel económico de los centros asturianos

Porque "hay mucha Asturias fuera de Asturias", el presidente del Principado quiso aprovechar el V Encuentro Hispanoamericano de la Fundación Archivo de Indianos para celebrar los vínculos transatlánticos, hacer visibles los lazos emocionales de la región con los 138.000 asturianos que viven en el exterior, pero también, pasando a lo tangible, para pensar en "dar un paso más" en el papel que desempeñan los centros asturianos del mundo. "Quizá" haya que avanzar en "aspectos económicos", aceptó ayer Adrián Barbón en Colombres, hablando de perfeccionar la labor de esta "red de embajadas" más allá de su dimensión original, sentimental y folclórica.

El jefe del Ejecutivo regional matiza el plan con su intención de acometer la tarea "dialogando con ellos" y a partir del consenso. Recoge en realidad el guante que algún presidente de centro asturiano le lanzó en el reciente pleno del Consejo de Comunidades Asturianas, pidiendo ser "algo más que sidra y gaita" y mencionando el potencial de las legaciones asturianas, por ejemplo, como oficinas comerciales en el extranjero. Sabiendo además que financieramente muchos sufren, "el Gobierno quiere colaborar especialmente con los que peor lo están pasando", remata el Presidente.

Alrededor de Barbón están los jardines de la Quinta Guadalupe de Colombres, atestados de empresarios y personalidades en el cónclave anual de la Fundación, con sus aproximadamente 180 invitados y su condición de encuentro social y sobre todo empresarial y económico, con su destacada representación de autoridades y personalidades del interior de Asturias y de empresarios emigrados con fuertes vínculos con su tierra de origen. Ahí también anunció Barbón un inminente incentivo económico para fortalecer el museo de la Quinta Guadalupe como "espacio de encuentro de culturas" adelantando que la Fundación tendrá en el proyecto de presupuesto del Principado para 2024 un incremento en su dotación del cincuenta por ciento, pasando de 60.000 a 90.000 euros. 

El encuentro colombrino, que cada año promueve la Fundación Archivo de Indianos, es una cita habitual del verano que se desplazó esta vez al mes octubre por la interferencia de las elecciones generales de julio, pero reprodujo su poder de convocatoria para la empresa y la cultura de las dos orillas del Atlántico. Barbón deseó que el cónclave sea espacio de "diversificación empresarial y encuentro comercial" y aprovechó la ocasión para enfatizar también el compromiso de su Gobierno con el reto demográfico, con la natalidad pero también en el retorno de los emigrantes, y anunció su pretensión de materializarlo "cuanto antes" registrando en la Junta el proyecto de ley de impulso demográfico después de introducir en el borrador inicial del Gobierno algunas de las sugerencias expuestas por los grupos de la oposición.

"Sacristía de la hispanidad"

El empresario Francisco Rodríguez introdujo la comida con la que se agasajó a los invitados exaltando, en su condición de presidente de la Fundación, la "cultura de la hispanidad" en tiempos de alguna puesta en cuestión. "Aunque no estamos en la mejor hora del mundo en materia de celebraciones, sí lo estamos para exaltar y reproducir en nuestra memoria esa fabulosa obra" que el poeta mexicano Octavio Paz caracterizó como "síntesis del amor". Suya es asimismo la definición del museo de Colombres como un espacio con vocación "de convertirse en sacristía de la hispanidad", en contra de la "querella por la querella" que a veces se manifiesta en el mundo hispánico, y también la calurosa bienvenida al empresario asturmexicano Antonio Suárez, presidente de la Asociación de Amigos del Archivo de Indianos y artífice de la casi resurrección de un museo del que presume con orgullo.

Ayer, allí, el Museo y el quinto encuentro hispanoamericano "ratifican una gran obra, el honor de la emigración española a Hispanoamérica", señaló. Festeja el espíritu de conexión cultural y económica y, en lo más tangible, la certeza de que el espacio "ya supera los 100.000 ingresos anuales solo en venta de localidades". A los postres de una comida servida por el chef Ramón Celorio, brindó con sidra El Gaitero "en honor de todos los emigrantes españoles que llegaron a América en los siglos XIX y XX", por los que triunfaron y los que fracasaron y por la certeza de que "España no puede permitir que la emigración que trabajó para hacer Hispanoamérica quede en el olvido".

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