Nuevo mínimo histórico de bebés en Asturias: nueve concejos encaran el final del año sin ningún nacimiento y quince con solo uno

El Principado registró hasta octubre mil partos menos que hace solo cinco años

Nueve concejos encaran el final del año sin ningún nacimiento y quince con solo uno

Nueve concejos encaran el final del año sin ningún nacimiento y quince con solo uno

No hace falta retroceder demasiado. A estas alturas de 2018, hace sólo cinco años, Asturias había alumbrado mil niños más. Con la estadística puesta al día al final de octubre, fiel a su costumbre, la región se despeña hacia un mínimo histórico nuevo y con 3.806 nacimientos en diez meses camina hacia el cuarto cierre de ejercicio consecutivo por debajo de los 5.000 alumbramientos. En las entrañas de la cifra total, que de cara a las pérdidas del censo sigue maquillada por una cierta moderación de la mortalidad, viven además pruebas evidentes de desequilibrio territorial. De los 78 concejos del mapa, hay nueve sin un solo nacimiento en lo que va de año y quince que tienen registrado uno. Es así que en casi uno de cada tres municipios lo máximo ha sido un parto en más de trescientos días y que en 39, exactamente el cincuenta por ciento, el recuento da menos de cinco. Su distribución revela además un claro patrón geográfico que los acumula en el occidente más que en el oriente interior, en los valles del Trubia y de forma discontinua en el cinturón que acompaña a la cordillera. He ahí la geografía de la máxima penuria dentro de la autonomía con peores datos de natalidad de España.

Hasta octubre, de acuerdo con la cuenta recién actualizada por la Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (Sadei), el occidente acumula más de la mitad de los municipios sin partos: no hay recién nacidos en la cuenca alta más alta del Navia –Grandas de Salime, Pesoz e Illano– ni cerca, en Taramundi o San Martín de Oscos. Tampoco, al oriente, en Peñamellera Alta ni en Caravia. Y, como era previsible, la penuria esquiva el centro, donde los alumbramientos sólo faltan por completo en Sariego y Yernes y Tameza.

Cuando se abre la mano y se cuentan los concejos con un solo recién nacido, la lista crece significativamente, pero la pauta geográfica permanece. El occidente añade Allande, Ibias, Santa Eulalia y Villanueva de Oscos o San Tirso de Abres y se une una porción apreciable de los valles del Trubia –Teverga, Proaza y Santo Adriano– o, entre otros, Amieva y Peñamellera Baja...

Se ve que también hay varias velocidades, y varias Asturias, dentro de la región más castigada por la crisis de natalidad. Hasta octubre, Oviedo cuenta más nacimientos que Gijón –1.281 por 1.029– y el tercer concejo con más partos sí es el tercero más poblado en total, Avilés, pero muy lejos de los dos primeros, con 372. A partir de ahí, las dos cabeceras de las comarcas mineras, Langreo y Mieres, se adelantan con 140 y 135, respectivamente, a Siero (79), cuarto en el orden de la población total, pero todo se iguala cuando la suma de los partos se cruza con la de las muertes. En el total regional, la diferencia entre los 3.806 alumbramientos y las 10.721 defunciones da una pérdida por motivos vegetativos –sin contar el efecto corrector de los intercambios migratorios– de casi 7.000 habitantes en diez meses, a una media de casi 23 al día. No es el peor dato de la serie –los tres años anteriores presentaban pérdidas más significativas–, porque el descenso de los nacimientos se compensa con una moderación paralela de la mortalidad: los 10.721 decesos de enero a octubre rebajan en 770 los del mismo periodo de 2022 y son el sexto registro de la serie. Pese a tanta pérdida achacable al retroceso de la natalidad, eso sí, Asturias crece en los últimos recuentos provisionales de la población total gracias al incremento de su aportación externa, sobre todo extranjera.

Por concejos, queda anotado el caso curioso de Santo Adriano como el único que gana población por motivos vegetativos, aunque sólo sea porque en su pequeño vecindario únicamente se ha registrado un nacimiento y ninguna muerte. A su lado, con cero en la casilla del crecimiento, se acercan Proaza y Ribera de Arriba, con un parto y una defunción, y Yernes y Tameza, sin nacimientos ni decesos.

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