Los dos proyectos de transportes que afectan a Asturias y han sido excluidos de las prioridades de Europa

Bruselas deja sin apenas opciones la recuperación del tren Gijón-Sevilla y da más importancia de la Zalia, el objetivo del Principado

Raíles abandonados de la Ruta de la Plata, en las proximidades de la capital.

Raíles abandonados de la Ruta de la Plata, en las proximidades de la capital.

Xuan Fernández

Xuan Fernández

La Unión Europea promete incluir a la Zalia entre sus prioridades inmediatas en el marco de la nueva normativa de transportes aprobada esta semana (RTE-T), pero en cambio relega a la Ruta de la Plata, de la que forma parte Asturias, y también la mejora en el tren Santander-Bilbao. Ambas inversiones quedan pospuestas al menos hasta el año 2050, lo que supone un importante golpe de cara al futuro de ambos proyectos.

El convoy que une las capitales de Santander y del País Vasco, que entra dentro del Corredor Atlántico, donde se incluyen las infraestructuras por las que pelea el Principado, optaba a financiación europea para poder acortar el tiempo de trayecto hasta sesenta minutos y tendrá que esperar. Sucede más de lo mismo con la recuperación de la línea Sevilla-Madrid, que es el tren de la Ruta de la Plata. El futuro de estas dos infraestructuras a corto plazo quedaría ahora en manos de las administraciones nacionales, pero pierden ambas pierden mucho fuelle al no poder acceder a los fondos europeos que financian las grandes obras de los paises miembros de la UE.

El Principado, centra sus esfuerzos en la Zalia, que según fuentes comunitarias tiene asegurada la financiación y es la gran obra pendiente en la agenda asturiana, llamada a marcar un antes y un después en el tráfico de mercancías y un impulso para las empresas. Este complejo que se proyectará en Gijón, y que todavía no está construido, no figura de forma directa en los mapas de las nuevas directrices de transportes, como reclama el empresariado, pero está asociada al puerto de Gijón, lo que según fuentes de Bruselas garantiza su viabilidad. El Principado, en ese sentido, celebró esta semana las nuevas directrices de Transporte al entender que la Zalia ha recibido un respaldo definitivo y será una realidad, siempre con el año 2030 como límite.

En resumen, lo que hace la Unión Europea en este nuevo reglamento, que ha rematado la Presidencia Española de la Unión Europea (UE) es establecer tres grandes bloques de prioridades de cara a las próximas décadas. Las infraestructuras que pertenecen a la red básica son las más urgentes y deben estar terminadas en 2030.

Después se sitúan la red básica ampliada y la red global, que deben estar concluidas en 2040 y 2050 respectivamente. En este último apartado, el menos prioritario de todos, es donde se han situado la Ruta de la Plata y la reivindicación del tren Santander-Bilbao, posponiendo posibles inversiones europeas a más de treinta años vista. Un horizonte casi inalcanzable para los que reclaman la inclusión de estas dos apuestas. Esta decisión de la UE ha provocado enfado en las zonas afectadas. En el caso de la Ruta de la Plata, la junta de Extremadura y diferentes asociaciones han asegurado que plantarán cara para presionar a la UE y al Gobierno nacional para que pueda cambiarse la posición comunitaria, lo que parece complicado. En la Ruta de la Plata se incluiría la histórica frecuencia Sevilla-Gijón, que dejó de funcionar en 1985 y es reivindicada por varias asociaciones, incluida la asturiana "Asturias col clima".

La Ruta de la Plata es un itinerario que une Asturias, Andalucía, Extremadura y Castilla y León y varias regiones opinan que su potenciación podría resultar clave para el futuro de los movimientos.

Asturias, no obstante, mira ahora con cierta distancia este debate, centrado el Gobierno del Principado en presentar planes a Europa para potenciar la Zalia. Además de este complejo, hay más planes que Asturias ha logrado incluir en el acuerdo. Gijón está incluido como "nodo urbano" y el Musel entra dentro de la red básica, por los que las conexiones a estos dos lugares tienen que completarse antes de 2030. Es decir: debe haber un cambio de ancho ibérico a europeo estándar en materia ferroviaria. Oviedo es otro "nodo urbano" y el puerto de Avilés, en cambio, se incluye en la "red integral", con 2050 como horizonte para mejorar sus conexiones.

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