Entrevista | Guillermo del Valle Fundador de Izquierda Española, visita Asturias

"El PSOE está hoy en brazos de fuerzas profundamente reaccionarias"

"La FSA tiene una deriva cómplice con el nacionalismo, el discurso de Javier Fernández era mucho más igualitario y jacobino"

Guillermo del Valle.

Guillermo del Valle. / Juan A. Ardura

Juan A. Ardura

Juan A. Ardura

Guillermo del Valle (Madrid, 1989) es abogado de profesión, portavoz del think tank "El Jacobino" y uno de los promotores de Izquierda Española, partido de nuevo cuño que liderará en las elecciones europeas de la próxima primavera. Estará hoy en Oviedo y en Gijón, donde esta tarde presenta su libro "La izquierda traicionada" en la biblioteca pública Jovellanos, a partir de las 18,30 horas.

–¿Qué es Izquierda Española?

–Es un partido que surge de la necesidad de dar respuesta a muchos huérfanos políticos de la izquierda que anhelan una formación que defienda la igualdad y la libertad de todos. Una propuesta en el eje social y económico clásica de la izquierda, pero que al mismo tiempo defiende la igualdad en el plano territorial y la ciudadanía común frente a una serie de derivas identitarias y particularistas de pactos con nacionalismos profundamente reaccionarios.

–¿Y por qué ahora?

–El PSOE y Sumar se han deslizado por esta pendiente de una forma muy clara. Hay un espacio claro porque tenemos una izquierda oficial más identitaria que igualitaria, que defiende los privilegios para las regiones más ricas que la igualdad y la solidaridad de todos.

El presidente de Asturias, Adrián Barbón, ha comentado que ya existe un partido de izquierdas y no nacionalista, que es el PSOE.

–Es llamativa y curiosa la reacción no solo del presidente Barbón, también la del ministro Puente y de gente de otras facciones de la izquierda, como Errejón o Echenique. Barbón debería explicar por qué la Federación Socialista de Asturias sale a defender con tanta febrilidad pactos con la extrema derecha nacionalista, identitaria, racista y xenófoba. La FSA tiene una deriva cómplice con el nacionalismo, el discurso de Javier Fernández era mucho más igualitario y jacobino. Si nos preocupa Vox, nos tiene que preocupar también Junts. Es poco creíble decir que es una izquierda no nacionalista cuando la llave de la gobernabilidad de España, de un gobierno presuntamente progresista, depende de partidos de extrema derecha como Junts o de Esquerra, donde Junqueras dijo que los catalanes tenían diferencias genéticas con los españoles. Y con el PNV, un partido muy de derechas, se acaba de pactar la ruptura de la caja única de la Seguridad Social.

¿Los pactos con los nacionalistas acabarán pesando más que el miedo a Vox?

–El PSOE hoy ha abandonado los ejes del socialismo y está en brazos de fuerzas nacionalistas profundamente reaccionarias. Muchos votantes del PSOE están incómodos con estos pactos. Nadie que sea socialista quiere que un trabajador de Avilés se convierta en un extranjero en Gerona pero su partido camina a un estado confederal, cada vez más fracturado.

–¿Qué pensó cuando escuchó a Patxi López decir que el acuerdo con Junts sobre migración se redactó "de aquella manera"?

–Me pareció algo aberrante. Gente como Patxi López se está especializando en justificar lo injustificable. Vamos a una centrifugación del Estado. Plantear cesiones, en forma de delegación de una competencia tan esencial para el como la migración, supone una irresponsabilidad colosal. Es un peligro caer en manos de partidos que están rivalizando con grupos ultras como Alianza Catalana.

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