La nueva selectividad ya está sobre la mesa en Asturias: podrá bajar la nota un 10% por la ortografía (entre otras novedades)

Sindicatos de la enseñanza alertan de los riesgos de una prueba que prime las destrezas sobre los conocimientos

Examen de una prueba de acceso a la Universidad en Asturias, en una imagen de archivo.

Examen de una prueba de acceso a la Universidad en Asturias, en una imagen de archivo. / Luisma Murias

La reforma de las pruebas de acceso a la Universidad para el curso 2024-2025 ya está en marcha. El Ministerio envió la pasada semana a la Consejería de Educación el borrador de un decreto para su debate y discusión en la comisión general, donde están todas las autonomías. La introducción por primera vez de criterios como rebajar un 10 por ciento la nota por faltas de ortografía o de coherencia gramatical es una de las medidas novedosas, aunque algunos sindicatos de la educación ponen también el foco sobre el alcance del enfoque competencial de las pruebas o sobre la conveniencia de que se unifiquen los exámenes en todo el país para evitar privilegios o situaciones de ventaja para los alumnos de una autonomía respecto a los de otras donde las pruebas pueden tener mayor nivel de exigencia.

Asturias estudia el borrador

La Consejería de Educación estudia el borrador enviado el pasado viernes por el Ministerio de Educación a todas las comunidades autónomas por lo que considera que sería "prematuro" hacer una valoración sobre su contenido y las novedades y modificaciones que plantea respecto al modelo de examen que tendrán los alumnos de 2.º de Bachillerato de este curso 2023-2024.

Más exigencia sobre la ortografía y la corrección en los textos de los exámenes

En las pruebas de acceso a la Universidad de los últimos cursos, las faltas de ortografía únicamente se tenían en cuenta y bajaban nota en los exámenes de la asignatura de Lengua Castellana. En cambio, el borrador para el curso 24-25 introduce por primera vez el criterio de "coherencia, corrección gramatical, léxica y ortográfica" para todos los exámenes que requieran la redacción de textos, en los que podría tener un peso del 10 por ciento para la nota. Los sindicatos educativos, que tampoco conocen del alcance de la propuesta, coinciden en la necesidad de exigir competencia en el manejo de la expresión escrita a los futuros universitarios. "Es algo de sentido común", comenta Borja Llorente, secretario general de Enseñanza de CC OO en Asturias. Jorge Caro, del sindicato CSIF, afirma que el problema sobre la ortografía "arranca en la educación primaria; es un comentario muy extendido entre los profesores de los institutos y de la Universidad que los alumnos llegan cada vez con menos nivel y más lagunas en ortografía y para redactar textos".

El peso de las competencias sobre los conocimientos

El nuevo decreto apunta, de momento, una reforma más suave que la planteada en el verano de 2022, que apostaba por fusionar varias asignaturas en un solo examen competencial, llamado de "madurez", una fórmula ahora aparcada. Es decir, este borrador mantiene la separación en varias pruebas de distintas asignaturas. Una de las preocupaciones expresadas por parte del profesorado de la etapa de Secundaria y universitario radica en la prevalencia que la nueva ley educativa da al peso de competencias como la creatividad, la reflexión y la madurez en el alumnado sobre el conocimiento de contenidos de las distintas asignaturas. "Hay países que ya están rectificando el enfoque competencial, como es el caso Irlanda, que, tras trece años, admite que ese modelo no funciona", subraya Borja Llorente, de CC OO, sindicato que ha venido posicionándose en contra del modelo competencial. "Un modelo que apuesta por la destreza y por saber hacer cosas pero reduce los contenidos genera lagunas muy importantes. Ya vemos el auge que hay de fenómenos como el terraplanismo", apunta Llorente.

Varias opciones, pero estudiar el temario íntegro

Un alumno que haga la selectividad en 2025 no podrá estudiar solo una parte del temario. Se entregará un único modelo de examen, y no dos como hasta ahora, y los alumnos podrán elegir entre varias preguntas, pero esa elección "no podrá implicar en ningún caso la disminución del número de competencias específicas objeto de evaluación".

Exámenes de 90 minutos

La duración de las pruebas de la selectividad se mantiene en un máximo de 90 minutos, como pidió la Conferencia de Rectores, ya que en la reforma prevista se planteaba ampliarlos a 105 minutos con el argumento de que los alumnos necesitarían más tiempo con el nuevo modelo competencial. El nuevo borrado precisa que "el número y tipo de preguntas o tareas se adecuarán a la duración del ejercicio".

Seguirá la polémica por los distintos exámenes entre las autonomías

El nuevo modelo no acallará las voces críticas que año tras año denuncian la disparidad que hay en las autonomías para el acceso de sus alumnos a la Universidad. El nuevo decreto, por ejemplo, permite al alumno llevar diccionarios, calculadoras, formularios o tablas a la prueba, pero será la comisión organizadora en cada comunidad la encargada de establecer qué materiales se pueden emplear, así como las características de cada materia y los criterios de evaluación. El sindicato CSIF reivindica hace años "una selectividad única para toda España, con prueba iguales para todos los alumnos. El modelo actual no garantiza la igualdad de oportunidades", sostiene Jorge Caro, de CSIF-Educación Asturias.

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