Los asturianos invaden las playas con las elevadas temperaturas: los 30 grados pueden con el "agua congelada"

Los arenales de la región estuvieron a rebosar durante el sábado: "Es un gusto salir y ver tanta gente"

Bañistas y paseantes, ayer, en la playa de San Lorenzo.

Bañistas y paseantes, ayer, en la playa de San Lorenzo. / David Cabo

El buen tiempo y las altas temperaturas provocaron ayer la estampida de miles de asturianos hacia las playas de la región. Los termómetros superaron, por segundo día consecutivo, los 28 grados. Y la máxima registrada en el Principado fue de 30 grados –seis décimas menos que el día anterior– en Panizales (Amieva), unas temperaturas que son más típicas del verano que de la temporada primaveral. Lejos de incomodar a los asturianos, el sol y el calor animaron a muchos a lanzarse a la calle, lo que se tradujo en el lleno de playas, terrazas y paseos en toda la región. Hubo los primeros chapuzones del año, aunque el agua, según aseguraban los bañistas, estaba "congelada".

La playa de Salinas registró una gran afluencia, en especial de ovetenses que acudieron a darse un chapuzón. Fue el caso de Mari Carmen Villazón y su marido, José González. "Vinimos a pasar aquí el día porque la playa es muy larga y se puede caminar sin dar vueltas durante una hora o más", comentaba Villazón. Para reponer fuerzas después del paseo comieron un bocadillo debajo de la sombrilla, y eso que el de ayer no fue de los días en los que "el sol más aprieta", apuntaba.

En imagen de la izquierda, la playa de Aguilar, ayer a mediodía. Sobre estas líneas, los jardines próximos al puerto de Luanco. | M. R. / Ricardo Solís.

La playa de Aguilar, ayer a mediodía. / M. R.

También viajaron a Salinas desde Oviedo Diego Telle y Sergio Rodríguez, en su caso a practicar surf. "La de Salinas es de las mejores playas para coger olas, aunque hoy (por ayer) con el mogollón de gente que vino fue un poco difícil encontrar aparcamiento", aseguraba Telle que, asimismo, destacaba la importancia de "ser precavido y tener mucho cuidado con el mar, especialmente si no se conoce la zona". A falta de socorristas, Telle y Rodríguez no recomendaban el baño más allá de la cintura, a excepción de expertos y asiduos que conozcan bien las corrientes. Lejos del agua, pero sin perder de vista el mar, paseaba Sergio Cobo. El avilesino recorría el paseo marítimo de Salinas junto a su hijo, aún en el carricoche. "Es un gusto salir a la calle y ver tanta gente". ç

En Gijón también hubo un gran ambiente. Por el paseo marítimo de San Lorenzo caminaban María Ángeles Giménez y Ernesto Sanz con su perrita Nala. "Venimos de tomar un cafetín con hielo muy fino, que luego llega el mal tiempo y hay que aprovechar", resumía Giménez.

Desde Madrid llegó hace dos años, sin pensárselo mucho, Celia Díaz, para trabajar en Gijón. Ahora se declara una "enamorada" de Asturias. "El tiempo aquí es mucho más agradable, se puede dormir por las noches y no está lloviendo todo el día como me habían dicho", celebró Díaz, mientras estaba en la playa. Un cambio del que también se benefició su mascota, "Tor", un perro con miedo al mar, pero al que le encanta meter las patitas. "Lo pasa un poco mal cuando me voy a bañar porque no se atreve a entrar muy adentro", relató su dueña.

Los asturianos invaden las playas con las elevadas temperaturas

Los jardines próximos al puerto de Luanco. / Ricardo Solís.

Hasta la playa gijonesa de Poniente se acercaron también Ángel Castañón y su pareja Irene Martínez, con la intención de "jugar al voleibol". Para ello tuvieron que esperar "un buen rato", aunque en compañía de "buenos amigos y una cerveza fresquita" se les hizo más ameno. "Hace un poco menos de calor que ayer, porque de vez en cuando pasa alguna nube, aún así se disfruta mucho cuando hace buen tiempo", afirmó Castañón.

Los más atrevidos inauguraron la temporada de playa con un chapuzón o dos, en las olas. El día perfecto para Javier Rodríguez, que viajó desde Ponferrada a fin de visitar a unos amigos y le sorprendieron las altas temperaturas.

Las protagonistas de la jornada, por la cantidad de visitantes que recibieron, fueron las playas asturianas aunque sus terrazas tampoco se quedaron atrás. Paseantes y bañistas se acercaron a tomar un refrigerio al aire libre, con cervezas y cafés con hielo como bebidas más demandadas, entre los adultos, y zumos de frutas o batidos las preferidas de los más pequeños.

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