Bárbara Monte, presidenta de la Confederación Hidrográfica: "Los embalses en Asturias están al 90%, pero tienen muy poca capacidad de almacenamiento"

"Tenemos que hacer trabajo de concienciación y divulgación educativa en cuanto al vertido de purines a los ríos"

Bárbara Monte, presidenta de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, en su despacho

Bárbara Monte, presidenta de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, en su despacho / Mario Canteli

Carla Vega

Bárbara Monte Donapetry está a punto de cumplir dos meses al frente de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico. Como actual presidenta, y aprovechándose de su experiencia previa en la adminstración pública - ya ha ocupado el puesto de jefa de Puertos e Infraestructuras del Transporte del Principado- busca enfrentarse a los retos que actualmente más preocupan al organismo. Sequías, inundaciones, vertidos en los ríos o controles de la calidad de agua son algunas de las tareas en las que Monte y su equipo trabajan actualmente. De todo ello habla la presidenta con LA NUEVA ESPAÑA en su primera entrevista en el cargo.

-¿Cómo han sido estos primeros meses como presidenta?

-Pues estoy muy contenta, la verdad es que asumo el reto con muchísima ilusión. Llevo una trayectoria de servicio público de casi 24 años en el Principado en diferentes ambientes, y este es otro enfoque, pero digamos que con una misma finalidad.

-Cuando le propusieron este reto, ¿cómo se tomó la propuesta?

-La primera reacción es un poco de susto, porque supone salir de la zona de confort, pero piensas ¿por qué no? Seguro que puedo aportar algo y contribuir, en la línea que ya se tiene porque no vamos a inventar nada, pero creo mucho en este trabajo, en la línea de transparencia, y el funcionamiento de la administración pública. Al final todos tenemos un bagaje y podemos aportar.

-¿Cuáles son los mayores retos de la Confederación Hidrográfica del Cantábrico actualmente?

-Nuestro objetivo es tener los ríos y acuíferos en buen estado, y todo eso está relacionado con que podamos tener agua de calidad para beber. Aunque no tengamos competencias directamente con el abastecimiento a poblaciones, si los ríos no están en buen estado, si no asignamos los recursos correctamente, si no los cuidamos, si no peleamos que no haya vertidos, no habrá agua de calidad, tanto para la población para beber como para la industria. Como sabemos, las necesidades de agua que tienen las industrias son cada vez son mayores porque en Asturias son grandísimas consumidoras. Además, todo esto hay que verlo en el marco del cambio climático, que sabemos dónde nos lleva con lluvias más irregulares, acuíferos con mayor probabilidad de secarse… El reto no es pequeño. No estamos solos, porque la administración pública, el Principado y los ayuntamientos también aportan, y me consta que lo están haciendo.

-¿Y cuáles son las mayores inversiones que deberían realizar ahora mismo para que los ríos estén en condiciones?

-Los saneamientos que puedan estar pendientes. Eso está claro, porque los problemas del estado de las aguas siguen siendo los vertidos. Hay contaminación difusa porque aquí en Asturias tenemos escombreras, y esos suelos contaminados también afectan a la calidad del agua. El plan de choque iría dirigido hacia ahí. Saldrán inversiones próximamente para el saneamiento de los pueblos de Asturias.

-¿Y el problema con el vertido de purines?

-También. Habrá que hacer un trabajo de concienciación y divulgación educativa, porque a veces no sé si la gente es consciente, tanto ganaderos como usuarios de todo tipo, del papel que tiene esa actuación en el agua.

-¿Cómo se están manejando las sanciones por vertidos?

-Tenemos un Plan de Inspección de Vertidos que se centra sobre todo en las masas de agua que no están en buen estado. Para este año hay unas cien inspecciones previstas y tenemos que controlar; es la única forma que tenemos de hacerlo, con las sanciones. No es la primera medida ni mucho menos, como todos los organismos, cuando sancionas es porque el proceso informativo ya ha fallado. El mundo del agua está tremendamente planificado: Plan Hidrológico, Plan de Sequías, Plan de Gestión de Riesgos de Inundación... Si tenemos un Plan de Inspección de Vertidos y vas allí y sale mal, no hay un margen. Hay un análisis que da un resultado y una causa de efecto evidente, no nos queda otra. Ojalá todos los saneamientos estén hechos y todo salga bien, ese sería el objetivo.

-¿Cómo se están preparando los ríos para posibles inundaciones o desbordamientos? Supongo que con el cambio climático habrán cambiado algunas cosas

-Los ríos cantábricos en comparación con otros ríos son diferentes. En el Ebro, por ejemplo, el agua va lentamente, pero aquí llueve y el agua está en el pueblo a los dos días, por lo que son unas peculiaridades que requieren más estudios. Se trabaja mucho para las inundaciones y en este sentido desde la Confederación, como no podemos evitarlas, tratamos de sortear los daños. En España las inundaciones son el fenómeno que más daños en vidas humanas y en materiales causa, por lo que no es un problema menor. Nosotros preparamos mapas de inundación, para que la gente vea dónde llegaría el agua, y luego están los Planes de Gestión de Riesgos de Inundación. Esos planes tienen medidas que implican a todas las administraciones; de tipo de protección civil, urbanísticas, etc. Para esto tenemos también el Sistema Automático de Información Hidrológica. En cuanto a digitalización, tenemos 140 estaciones de control, cuando acabe el año tendremos 170, que miden caudales y niveles para intentar avisar a la gente de la forma más rápida posible de los riesgos. Me han dicho que cuando hay alerta por lluvias se satura la página donde publicamos los datos, por lo que no son solo las administraciones, sino que también genera interés social, y espero que la gente también lo consulte porque piensen que es fiable.

-Hubo cierta polémica en cuanto a mantenimiento y conservación de los ríos, si era competencia de la Confederación o de los ayuntamientos. ¿En qué punto se está?

-No sé si genera controversia, pero seguro que sí genera interés. En cualquier reunión con alcaldes es un tema importante. La Confederación está gastando en ese ámbito a través de la Comisaría de Aguas. Son 6 millones de euros en el ámbito de la Confederación, de los cuales tres se gastan solo en Asturias. Estamos fomentando la firma de convenios con ayuntamientos, tenemos nueve firmados, ocho de ellos son en el Principado, y creo que las cosas están mejor. Creo que el conflicto puede darse en la percepción del problema. Si hay restos vegetales pueden afectar, pero realmente no son un riesgo. En esto también tengo que decir que las competencias son compartidas en cuanto a la conservación de cauces, en ámbito rural somos nosotros y en ámbito urbano son los ayuntamientos.

-¿Hay alguna zona que sea más problemática o que necesite más atención en Asturias?

-Desde el punto de vista del estado de las aguas, en la zona central vivimos un gran porcentaje de los asturianos y las mayores actividades industriales están ahí. Además tienen una historia compleja porque antes no se prestaba tanta atención al cuidado de las aguas. Afortunadamente estamos muy lejos de aquel escenario en el que, en Noreña por ejemplo, veías cabezas de animales bajando por el río. Como herencia tenemos, entre otras cosas, suelos contaminados que pueden indirectamente contaminar el río, y por ello sigue siendo una zona en la que focalizamos mucha atención.

-En materia de energías renovables, ¿se están haciendo avances en Asturias?

-La verdad que genera mucho interés. Las hidroeléctricas que tenemos en el ámbito están avanzando mucho, son muy eficientes y todas las empresas van en esa línea.

-La legislatura pasada varios partidos querían negociar la transferencia de la competencia sobre las cuencas fluviales. ¿Ha quedado aparcada esta reivindicación o tienen constancia del interés del Principado en asumir esta tarea?

-Es una competencia que tienen las autonomías y que en algún momento lo han pedido, pero solo puedo decir que en los meses que llevo no he tenido contacto con el Principado en esa línea. Cuando las haya, si es que las hay porque así está establecido en la cconstitución, hablaremos con ellos para ver en qué situación nos establecemos.

-¿Podría la Confederación Hidrográfica del Cantábrico mejorar la presencia de salmones en los ríos asturianos?

-La competencia en materia de Pesca es del Principado, pero que no suene a balones fuera. Por nuestra parte esas medidas que tenemos de conectividad fluvial, como el hecho de eliminar los azudes abandonados que impiden que pasen los sedimentos, los nutrientes y la fauna, sin duda contribuye a la mejora. Y lo que trabajamos de mejorar la calidad de las aguas también beneficia al salmón.

-Esto también favorecerá el aumento de sedimento en las playas.

-Si, había muchos azudes; uno para pescar, otro para el aprovechamiento de aguas… Y muchos de ellos abandonados. Estos generan que el sedimento no pase y no llegue a las playas. Para la gente de Costas es un bien muy preciado, y tienen mucha importancia si queremos contar con vegetación de ribera.

-Estamos viendo que la sequía está causando problemas en otros puntos de España, como en Cataluña. ¿Es aquí un problema?

-La preocupación la tenemos por la incertidumbre que nos genera el cambio climático, pero estamos en parte en mejor posición, relativamente. La gente cree que en Asturias como llueve no pasa nada, pero no tenemos tanta agua regulada, los embalses son realmente pequeños y sí, están al 90% y pico, pero son de muy poca capacidad de almacenamiento. Todos los organismos estamos trabajando en encontrar nuevas fuentes, como la reutilización del agua para tener más recursos. El riesgo efectivamente existe, que es cierto que yo voy a reunión con otros presidentes y la situación que tienen es compleja, su escenario es otro, pero no es tan fácil la solución: como no llueve cerramos el grifo.

-Y para solucionar esto, ¿podrían construirse nuevos embalses?

-Esto es una opinión más bien personal que de presidenta, pero creo que hay una percepción social diferente. Los embalses sirven para tener mas recursos de agua, pero es difícil ahora anegar una zona y poner una presa. Son beneficiosas, pero el movimiento social no es proclive, por eso se buscan otras vías alternativas. 

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