La oficialidad del asturiano costaría 25 millones y sería obligatorio en la enseñanza

Barbón pide al PP que "recapacite y haya un acuerdo mayoritario"

Queipo: "No hay un clamor general, no me paran por la calle pidiéndome la oficialidad"

El presidente de la Academia: "Un cirujano o un ingeniero no tendrá que aprender asturiano"

Los números no dan y por tanto no habrá oficialidad, pero la Junta General del Principado votará en el pleno para modificar el Estatuto de Autonomía y convertir al asturiano en lengua oficial. Esa es la principal conclusión tras la reunión de esta mañana entre Adrián Barbón, los portavoces del resto de grupos políticos excepto Vox y Xosé Antón González Riaño, presidente de la Academia de la Llingua, para dialogar sobre el posible cambio en el Estatuto que traería la oficialidad, para lo que es necesario 27 votos.

De momento, la reforma cuenta con el apoyo del PSOE, Izquierda Unida y Covadonga Tomé, una mayoría parlamentaria, pero insuficiente. Foro decidirá en sus órganos de gobierno qué votar y el PP ya ha cerrado la puerta, por lo que la reforma no es posible. "Espero que los grupos recapaciten y que haya un acuerdo mayoritario, pero pase lo que pase habrá una mayoría favorable, lo que demuestra el apoyo creciente a la oficialidad", aseguró Adrián Barbón tras la reunión, asumiendo en cualquier caso que no habrá reforma, aunque pronosticando, en tono irónico, una abstención del PP en la votación. "¿Qué sucede en Galicia? ¿Son más guapos o más inteligentes que nosotros? ¿Qué pasaría si se estuviese cayendo Santa María del Naranco? Que invertiríamos para salvarla", dijo el Presidente, llamando a cuidar la llingua mediante la oficialidad: "Es el único camino". Barbón repitió en varias ocasiones que "lo importante es cumplir con la Constitución", en referencia al artículo que establece que las lenguas de cada territorio deben ser oficiales y llamó a Queipo a ser "valiente", recordando que él mismo cambió la postura de la FSA sobre el asturiano en 2017.

El encuentro sirvió para que cada partido afianzase su posición respecto al asturiano, donde no hubo novedades, pero tambien sacó a la luz el posible modelo a adoptar en el caso de que se llegase a la oficialidad. Riaño planteó una reforma con varias claves. La oficialidad, según sus cálculos, costaría 25 millones de euros al año (los costes relativos al asturiano rondan ahora los 11 millones, según dijo), serían necesarios dos años para desarrollar la ley posterior y dos legislaturas para instaurarla definitivamente. Además, según expuso, la oficialidad podría generar un retorno entre el dos y el cuatro por ciento del PIB.

Pero el asunto nuclear de la negociación está en una palabra: obligatoriedad. Es ahí donde se atasca la negociación, por la negativa del PP. "Estamos a favor del asturiano, es un patrimonio de todos. Tenemos que potenciarlo, pero no puede ser obligatorio y por eso no podemos apoyarlo", dijo Álvaro Queipo, en declaraciones tras la reunión. En ese punto no parece habe nada claro. En el modelo que expuso Riaño se establece que los poderes públicos de Asturias "han de garantizar el derecho a conocer y usar ambas lenguas". Según explicó después, la oficialidad pondría "a disposición" de la sociedad la opción de aprender asturiano en la escuela. Aunque ni Riaño, ni el PSOE, IU y Tomé hablaron de obligatoriedad, según el modelo que se planteó los alumnos sí deberían cursar de forma obligatoria la asignatura de lengua asturiana. No sería vehicular, pero sí curricular. Riaño indicó de todos modos que "habría exenciones", como sucede en varias leyes educativas.

El presidente de la Llingua sí cerró la puerta a que el asturiano, según ese modelo, fuese obligatorio para acceder a una oposición. "Un cirujano o un ingeniero no tendrá que aprender asturiano", zanjó. Sí sería necesario saberlo para puestos de trabajo relativos, especialmente relativos con la enseñanza, que tengan alguna relación con el asturiano. El PP ve en esos aspectos una imposición, por lo que no apoyará la oficialidad. Queipo definió este proceso de intento de reforma como "el tropiezu de Adrián Barbón" y dijo que puede "suponer división". Y lo explicó. "No hay un clamor general por el asturiano, no me paran por la calle para pedirme que sea oficial", recalcó el presidente del PP, que sí se mostró favorable a implementar la actual ley de uso y recordó que fue un gobierno popular el que la puso en marcha. 

Xabel Vegas, de Convocatoria por Asturias-IU, dijo que la "propuesta blinda la voluntariedad" y que salvo el PP todos los grupos están a favor de la reforma. Covadonga Tomé, del grupo mixto, aseguró que "la oficialidad es un paso necesario y no hay imposición". Adrián Pumares, de Foro, no aclaró su voto, aunque dijo que podrían mejorarse aspectos de la llingua "sin oficialidad". Ahora, el cronograma es el siguiente: el día 11 de junio, los grupos que estén a favor de la oficialidad elaborarán una proposición de ley para modificar el estatuto, que posteriormente se votaría en la Junta. Barbón recalcó que esta vez, y no como la legislatura pasada, irá hasta el final, para que se vote, lo que no sucedió hace dos años. 

Suscríbete para seguir leyendo