El móvil se emplea con fines educativos en el 64% de los institutos asturianos

Asturias es una de las comunidades que más utilizan en el aula el dispositivo, ahora prohibido en Primaria e Infantil y solo autorizado excepcionalmente en Secundaria

Los teléfonos móviles tienen una alta presencia en las aulas asturianas más allá del uso particular que les da el estudiantado. Así lo indican los datos aportados por el Ministerio de Educación referidos al curso 2022-2023, anterior a la recomendación del Consejo Escolar del Estado para restringir el uso de los aparatos en las aulas y que derivó en una norma que limita su uso.

Estos datos reflejan que el 64,3 por ciento de los centros educativos de Secundaria del Principado permiten el uso de los dispositivos con fines pedagógicos y educativos. Estas cifras sitúan a Asturias sexta a nivel nacional, con casi 10 puntos por encima de la media (54,7 por ciento). Por encima del Principado aparecen en esta estadística Extremadura (84 por ciento), Cantabria (71,4), Castilla y León (69,3), Murcia (67,5) y Cataluña (66,8). A la cola se encuentran La Rioja (35,8), Melilla (37,5) y Baleares (38,8).

El porcentaje de centros asturianos que recurren a la tecnología como complemento de la docencia se incrementa en Bachillerato y Formación Profesional. En el primer caso, la cifra asciende a un 72 por ciento (sexta más alta de España). Por su parte, en la Formación Profesional Básica y Superior, las cifras se sitúan en un 75 y 78,6 por ciento de los centros, respectivamente. La nota llamativa se da en el caso de la FP Media, donde Asturias se alza como la tercera región con más uso de dispositivos en las aulas, con un 83,1 por ciento.

A finales de febrero, en Asturias entró en vigor la nueva normativa sobre el uso de móviles en los colegios e institutos. Estas instrucciones establecen que los centros de Infantil y Primaria del Principado son espacios libres de teléfonos, por lo que se prohíbe que los lleven al colegio.

En Secundaria, Bachillerato, Formación Profesional y enseñanzas de régimen especial, el alumnado tan sólo puede hacer uso de ellos en los casos que responda a fines didácticos y siempre que esté debidamente justificado. Durante el resto del horario lectivo, los móviles deben permanecer apagados, incluyendo los recreos y actividades extraescolares, y espacios como pasillos y otros recintos comunes. Además, sólo se contempla como excepción aquellos menores que necesiten el teléfono por razones de salud o personales bajo la acreditación del centro.

La normativa asturiana también contempla la actuación en caso de encontrar a alumnos usando sus teléfonos. En esas situaciones, se establece que se requisará el móvil, previamente apagado por el estudiante en presencia de dos testigos, y que se quedará sin él hasta el final de la jornada escolar.

Por otro lado, la estadística del Ministerio de Pilar Alegría también repasa el número de alumnos por ordenador que se destina a nivel nacional a la enseñanza y el aprendizaje, con una media de 2,2 –tres décimas menos que dos cursos atrás– y que se divide en 2 para los centros públicos y 2,6 para los privados. La media varía de forma considerable en cuanto a tamaño de población: 1,3 entre los municipios más pequeños y 2,5 los más poblados.

En cuanto a los dispositivos más recurridos, seis de cada diez son ordenadores portátiles o tabletas (un 66 por ciento), siendo los primeros los más populares con un 47,9 por ciento. Estos aparatos representan el 47 por ciento de los empleados en los centros públicos y el 50,3 en los privados.