El rostro de la pobreza en Asturias: estos son los motivos por los que no deja de crecer

De izquierda a derecha, Pilar Díaz, Ramón Méndez-Navia y Elsa Suárez, en la sede de Cáritas en Oviedo.

De izquierda a derecha, Pilar Díaz, Ramón Méndez-Navia y Elsa Suárez, en la sede de Cáritas en Oviedo. / Luis Vega

Luis Ángel Vega

Luis Ángel Vega

El Gobierno asegura que la economía española va como un cohete, pero no deja de crecer el número de familias que recurren en Asturias a Cáritas para llegar a fin de mes, dormir bajo un techo o completar la alimentación de los hijos. Y es que, como ha asegurado en la mañana de este jueves, en la presentación de la Memoria de Cáritas, la responsable del Servicio de Análisis y Estudios de la organización, Pilar Díaz, "la desigualdad es cada vez mayor en Asturias, cada vez en mayor la distancia entre el 25 por ciento de la población que más tiene y el 25 por ciento de la población que menos tiene". Se trata de una tendencia que se arrastra desde la pandemia del covid-19: "Los que menos tienen son más". Aumentan las personas en situación de necesidad, sobre todo en el ámbito urbano y especialmente en Oviedo, según Cáritas.

En 2023 fueron 12.428 personas y 5.157 hogares los que recurrieron a los 126 equipos de Cáritas Parroquiales y los diferentes programas de asistencia y acompañamiento. Son 758 personas y 266 hogares más que en 2022. "El escudo social no protege a las personas más vulnerables", sentenció Ramón Méndez-Navia, secretario general de Cáritas, quien describió el rostro de la pobreza en Asturias: "Es una mujer migrante, en hogares monomarentales, con uno o más hijos a su cargo". Y además, con problemas para conciliar su vida laboral, en caso de tenerla, y su vida familiar, como remachó Pilar Díaz.

El escudo social tampoco protege a los mayores. Un 16 por ciento de quienes recurren a Cáritas, esto es, uno de cada seis, o lo que es lo mismo 1.235 usuarios de la entidad, son personas solas de más de 65 años, sobre todo mujeres. Además, un 56 por ciento de los ayudados son hogares sin ningún ingreso. Y es que, como resaltó Méndez-Navia, "aunque la tasa AROPE, que mide el riesgo de pobreza, descendió, hay un incremento de la carencia material y social severa". En 2023 se distribuyeron 1,6 millones en ayudas económicas, y fueron asistidas 1.550 personas sin hogar, 500 más que el año anterior, y 215 ingresados en dos centros por problemas de alcohol y drogas.

Los motivos de este aumento son varios. Por un lado, el incremento de los precios, que hace insuficientes los salarios y pensiones; la escasez de vivienda social; la situación administrativa de personas migrantes, que les aboca a empleos mal remunerados y les impide acceder a una cobertura social; la desestructuración de las personas sin hogar, aún más grave cuando concurre enfermedad mental y adicción al alcohol y las drogas; la dificultad de reinserción de las personas que han pasado por la cárcel; y la soledad y desprotección de las personas mayores.

Pilar Díaz añade a los hogares atrapados en el círculo de la pobreza, "siempre viviendo en la precariedad y que, aunque dejen de necesitar ayuda por un tiempo, tienen que volver a recurrir a Cáritas". Un 11 por ciento de las personas asistidas, una de cada nueve, son trabajadores que no pueden satisfacer sus necesidades básicas. Díaz puso el acento en "la pobreza que se transmite de generación en generación". Un estudio de Cáritas desvela que el 80 por ciento de los menores de familias necesitadas siguen siendo pobres cuando llegan a la edad adulta.

Y resaltó una realidad cada vez más patente: el derecho conculcado a la vivienda. "Hay familias a las que no les llega para el alquiler y un 38 por ciento tienen que vivir en uno compartido y vivir en una habitación", aseguró. Cáritas cuenta con treinta viviendas en la que residen 135 personas que han pedido una vivienda social sin éxito. Méndez-Navia indicó que las condiciones de alquiler son tan leoninas que impiden a muchas personas la contratación, motivo por el que Cáritas actúa como avalista. En ocasiones, las familias solo piden escucha y acompañamiento en situaciones muy duras. Es el caso de 402 hogares que han acudido a los servicios de Cáritas, pero no para recibir ayuda material, sino emocional.

Méndez-Navia llamó la atención además sobre el retraso en la entrega de las ayudas a las familias con menores a su cargo, de unos seis meses, el mismo plazo para recibir el salario social o recibir otro tipo de ayudas, como ocurrió con los ucranianos que llegaron en febrero de 2023.

La directora de Cáritas, Elsa Suárez, elogió por su parte la labor de los 1.525 voluntarios de la entidad, a quienes hay que sumar 89 trabajadores. Se han invertido 7,9 millones de euros, 115.000 más que en 2022, recurso que provienen de fondos públicos y de fondos privados, con aportaciones económicas de 1.036 personas socias y 1.194 donantes. La presentación de la memoria tuvo lugar con motivo del Corpus, día de la Caridad. La misa del Corpus se celebra en la tarde de este jueves en Pola de Laviana (cuya iglesia cumple 125 años), y también se hizo campaña para explicar qué hace Cáritas en La Escandalera de Oviedo.