El contundente vuelco urbanístico y demográfico en Oviedo que generó el HUCA: el hospital que hace palanca

Los diez años del hospital han fortalecido el desarrollo de La Corredoria y Teatinos como principal granero demográfico de Oviedo

El hospital en la actualidad. | Foto Asturias

El hospital en la actualidad. | Foto Asturias

Chus Neira

Chus Neira

Si, más que como a un paciente, observáramos el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) como un experimento microcelular de esos que podrían estar desarrollando ahora mismo en alguna sala de la Fundación para la Investigación y la Innovación Biosanitaria de Asturias (FINBA), justo enfrente del edificio principal del complejo hospitalario, podríamos concluir que la introducción de este elemento en el sistema urbanístico municipal y regional ha sido un potenciador del crecimiento y la regeneración. La mole del nuevo HUCA y todo lo que dentro y alrededor bulle ha funcionado como una palanca para el desarrollo de los barrios limítrofes –La Corredoria y Teatinos principalmente– y ha aumentado la capilaridad de la ciudad en ese estirón hacia el Noreste, precipitada a su encuentro con Siero y Llanera.

Entre los arquitectos y defensores de un área central metropolitana en Asturias, el urbanista Víctor García Oviedo siempre ha sostenido que el HUCA de La Cadellada ha sido la primera pieza diseñada en la capital del Principado con verdadera vocación metropolitana. El hospital, efectivamente, y pese a los problemas iniciales de retrasos, definición del proyecto y desencuentros políticos, ha supuesto una mejora de las conexiones en la zona, con nuevos enlaces de entrada y salida que se han traducido en más posibilidades para los habitantes de La Corredoria y actualización de los enlaces de salida de Oviedo con las vías en dirección Norte y Este, y en especial con la autovía de la industria (AS-II).

A vista de pájaro, parece evidente que los diez años de actividad que suma ya el HUCA han discurrido parejos al despegue urbanístico en esta zona de Oviedo. Las fotos aéreas no dejan lugar a dudas en este sentido, y se aprecia de forma muy notable que la puesta en marcha del HUCA ha venido a rematar las promociones inmobiliarias pendientes de desarrollo en La Corredoria, ahora prácticamente agotada en sus posibilidades de crecimiento. La zona más próxima al complejo hospitalario, aunque separada de éste por una amplia zona verde, ha sido la más beneficiada por el discurrir del complejo hospitalario, y así los vecinos han visto crecer y desarrollarse todo el ámbito de Prado de la Vega, en el extremo Suroriental de La Corredoria, lindante con La Monxina.

La Cadellada, antes del inicio de la transformación del solar para la construcción del HUCA. | Foto Asturias

La Cadellada, antes del inicio de la transformación del solar para la construcción del HUCA. | Foto Asturias / Chus Neira

Todas esas nuevas promociones han traído también un contexto socioeconómico algo diferente al resto del barrio, como ilustran las diferencias en el precio del metro cuadrado, entre un 15 y un 20 por ciento más caro, de media, que en el resto del La Corredoria. En todo caso, el desarrollo del HUCA ha acabado por conformar ese último dibujo del barrio, que en esa zona también suma ahora el nuevo instituto y, desde antes incluso de la inauguración del hospital pero ahora ya a pleno rendimiento, el Vivero de Ciencias de la Salud.

Si a equipamientos como este se suman los del CSIC, en el otro extremo del barrio, y los que el HUCA lleva ya consigo, como la FINBA, también se puede vislumbrar, si no completamente materializado sí en vías de desarrollo, ese polo biotecnológico que las administraciones local y regional ambicionan para esta zona. Esa idea, el desarrollo de un área de crecimiento de pequeñas empresas y de consolidación de otras más grandes junto a un ecosistema investigador de referencia, está hoy por hoy capitaneada por el HUCA y a la espera de conectarse con lo que el rediseño urbanístico de La Vega pueda dar de sí.

Por ahora, la nueva bioincubadora enfocada a la biotecnología que con presupuesto europeo la fundación Incyde ha adjudicado al Principado, se ubicará en una primera fase en las mismas dependencias del Vivero de Ciencias de la Salud, que busca además nuevos locales en el barrio para expandirse.

No todo ha sido tan beneficioso para Oviedo o para según qué zonas de Oviedo. La mudanza del HUCA, de El Cristo a los terrenos de La Cadellada, ha dejado atrás otro barrio, el de El Cristo y el de Buenavista, que lleva estos diez años esperando un recambio urbanístico y de modelo económico que no acaba de despegar. Pese a los planes para reformar el viejo hospital y toda la parcela anexa, que incluía el cuartel de la Policía y la plaza de toros, el concurso de ideas para decidir qué hacer con la antigua parcela hospitalaria se demoró demasiado tiempo, y su ejecución más todavía, fracasando por desacuerdos entre las administraciones antes de ponerse en marcha. Sobre los papeles que se manejaban en 2014, cuando el viejo HUCA dejó de tener actividad, a estas alturas ya tenían que estar algunos edificios demolidos y algunos equipamientos recuperados.

El hospital hace palanca y mueve el Noreste

Prado de la Vega, aún sin desarrollar, mientras se estaba construyendo el HUCA. / Foto Asturias

Nada de eso fue posible. El barrio sufre una década de abandono del equipamiento hospitalario, hoy convertido en maleza, y la falta de un centro de estas características y con ese movimiento de gente también ha ido minando la vida comercial del barrio. En números muy gruesos, hay entre 4.000 y 5.000 vecinos que se perdieron en esta década a ese lado oeste de Oviedo y que han pasado a engordar los números pujantes de La Corredoria y Teatinos, al otro lado.

Este trasvase, solo mitigado en parte por el desarrollo de Montecerrao, al Sur del Cristo, ha acentuado un poco cierto desequilibrio entre el estirón de las alas de Oviedo, pues La Florida, otra zona de expansión y crecimiento no progresa como lo hace la zona Este, al no tener un equipamiento de carácter metropolitano con tanto tirón. Además, la falta de servicios y edificios de estas características también se traduce en problemas de comunicación, pues mientras en el Este las salidas y entradas se han visto mejoradas en estos años y ahora afrontan otra transformación con todo el rediseño del tramo urbano de la "Y", en el Oeste de Oviedo no se ha avanzado ni con los dudosos planes de la Ronda Sur ni con sus alternativas, como la salida de Montecanales, que sin un despegue de promociones inmobiliarias en la zona sigue también sin figurar en los planes inmediatos de Oviedo.

Con ese telón de fondo, y pese a las dificultades que tuvo el HUCA en la tramitación de su planeamiento, el proyecto parece, hoy, un extraño caso de éxito en el desarrollo de infraestructuras de nivel metropolitano y supramunicipal al que todavía le queda tirón.

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