La paradoja de la Variante: ahora se tarda menos en ir en tren a Alicante que a Ferrol

El nuevo paso por Pajares hace más visibles las carencias de la red de ancho métrico

El tiempo de viaje en alta velocidad a Madrid casi equivale al de Feve a Llanes

La paradoja de la Variante: ahora se tarda menos en ir en tren a Alicante que a Ferrol

La paradoja de la Variante: ahora se tarda menos en ir en tren a Alicante que a Ferrol

Dos pasajeros han salido de Oviedo más o menos a la misma hora en trenes distintos, uno en el nuevo Alvia de Madrid a las 6:56 y otro en la línea de la vieja Feve hacia Galicia a las 7:19. Cuando den las dos y cuarto de la tarde, el del Alvia estará en Málaga después de parar una hora y cuarto de transbordo en Madrid y el de Feve aún no habrá llegado a Ferrol. De hecho, en lo que ahora tarda el flamante AVE asturiano en anunciar su llegada a Madrid, los pobres pasajeros de los trenes de ancho métrico con destinos en Cantabria y Galicia aún no han podido salir de Asturias. En esas tres horas y veinte minutos escasos, ni el que va hacia el oriente ha llegado a Unquera, ni el que se dirige al occidente ha ganado Ribadeo... Son las otras cosas del AVE, los trenes de dos velocidades y la paradoja de un mapa de España "deformado" en el que en tren, de pronto, Alicante está más cerca que Ferrol y los setecientos kilómetros que separan Oviedo de Albacete se recorren en el mismo tiempo que los apenas doscientos hasta Santander.

Resulta que ahora, por la magia de la Variante de Pajares, pero sobre todo por los defectos del ferrocarril del Cantábrico, en tren se tarda lo mismo en llegar a Madrid que a Unquera, y se llega en casi una hora menos a la capital de España que a Ribadeo. De repente, las tres horas largas que desde el pasado jueves tarda el Alvia en llegar a Madrid se parecen demasiado a las tres horas justas del trayecto de la vieja Feve entre Oviedo y Llanes, pero hay más.

De pronto, comparando la oferta de servicios directos, Asturias ha quedado a poco más de seis horas de Valencia y a apenas cinco y media de Santander. A algo menos de siete horas de Alicante y a casi siete y media de Ferrol, también a siete de Castellón y a cerca de nueve de Bilbao, contando en este caso veinte minutos de transbordo en Santander… El ejercicio tiene algo de ficticio, porque el servicio ferroviario del Cantábrico es tan deficiente que el ancho métrico de Renfe apenas tiene ya pasajeros de larga distancia hacia Galicia y Cantabria, pero sirve para dar más luz a un problema que arrastra, enquistado, la comunidad autónoma con más kilómetros de vía férrea por habitante.

Se diría que con el AVE y la Variante se ha hecho todavía más visible y sangrante la herida de la conexión ferroviaria del Principado con sus vecinas del norte y las carencias y debilidades que aquejan a algunas de sus comunicaciones interiores. Las comparaciones son más que significativas. Midiendo el viaje en los desiguales tiempos del tren, es lo mismo ir desde Gijón a León en Alvia, hora y media, que hasta Pola de Laviana en la vieja Feve… De hecho, los primeros servicios del día salen del mismo sitio a la misma hora, las seis de la mañana, y también llegan exactamente a la vez, a las ocho, uno a la capital leonesa y el otro al final de la línea de ancho métrico en Laviana.

En este nuevo mapa deformado de la España ferroviaria, el AVE aproxima mucho el centro y el sur mientras se mantienen igual de lejos el este y el oeste. Eso, claro está, hace mucho más visibles unas desigualdades que aún serán más evidentes cuando en el primer trimestre del año que viene los trenes "Avril" permitan sacar el máximo partido a la Variante y dejen en menos de tres horas el viaje Asturias-Madrid. Así se estiran también las paradojas que acompañan al modelo de malla radial que dirige la estrategia ferroviaria española y que no es exclusivo de Asturias. Ahora España también se ve de otro modo desde otras regiones. Los nuevos tiempos de viaje también dan para observar, por ejemplo, que Alicante se ha acercado tanto a Oviedo y sigue tan lejos de Barcelona que las seis horas y 47 minutos del nuevo viaje a Asturias se parecen bastante a las seis horas y 38 del Intercity a la Ciudad Condal, aunque el servicio más corto ronda en este caso las cinco horas y veinte.

La estructura ferroviaria española prefiere irradiar vías de Madrid a la periferia y la prueba está también en que el camino más corto en tren de Asturias a Barcelona pasa también por la capital: según los horarios, se puede viajar en aproximadamente siete horas de Oviedo a la Ciudad Condal, un tiempo que puede competir con el de la carretera, pero hay que contar con un transbordo de algo más de una hora en Madrid.

Siempre con transbordos en la capital, Asturias ahorra también, gracias al AVE y a la Variante, mucho tiempo en los trayectos en tren a toda la España incluida en la red radial de la alta velocidad. Esta nueva vida del ferrocarril ofrece viajes a Sevilla en siete horas y media que cuentan hora y media de espera en Madrid, y siete horas y 18 minutos a Málaga con hora y cuarto de espera en la capital. Un retroceso no muy amplio en el tiempo permite percibir la mejoría de las comunicaciones con el centro, el sur y la fachada mediterránea comprobando que hace aproximadamente un decenio, cuando no estaban ni la Variante, ni el AVE de León a Valladolid ni el de Madrid a Valencia y Alicante, el mismo trayecto directo Asturias-Alicante que hoy se ofrece en algo más de seis horas y media invertía más de doce.

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Un Captrain 62642 que realizaba el trayecto entre Trasona e Irún, cargado con bobinas de Arcelor, fue el primer convoy siderúrgico que estrenó la Variante de Pajares. El convoy salió este domingo a las 19.43 horas, cargado con 1.284 toneladas. También ayer atravesaron los túneles de la Variante trenes de Medway, que subieron desde León vacíos y regresaron cargados de bobinas hasta el polígono de Villadangos. Arcelor traslada por ferrocarril entre 1,6 y 2 millones de toneladas, de las cuales el 90 por ciento circularon hasta ahora por la vieja rampa. La más utilizada es la ruta Asturias-Sagunto, por la que se transportan anualmente unas 800.000 toneladas. Con la entrada en servicio de la Variante, la multinacional confía en impulsar sus tráficos ferroviarios.

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