Votos a favor de la solidaridad y la empatía en la Junta de los niños

El Parlamento se reconcilia con "la normalidad y la racionalidad" en un Pleno infantil sobre la integración del diferente, la igualdad y el respeto

El hemiciclo de la Junta General, durante el Pleno infantil.

El hemiciclo de la Junta General, durante el Pleno infantil. / Fernando Rodríguez

Tras las tempestuosas sesiones de los adultos, la calma sensata de los niños. Sesenta escolares de Oviedo y Avilés, "diputados por un día" en la Junta General del Principado, hicieron votos por la solidaridad, la empatía y la igualdad en un Pleno singular del que el presidente del Parlamento asturiano, Juan Cofiño, destacó "la normalidad y la racionalidad" en abierto contraste con las últimas sesiones, ásperas, revueltas y llenas de tensiones protagonizadas por los adultos.

Convocados por Aldeas Infantiles SOS dentro de su programa educativo "Abraza tus valores", alumnos de quinto y sexto de Primaria de los colegios Principado de Avilés y Veneranda Manzano de Oviedo debatieron y votaron iniciativas alrededor de dos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, el valor de la solidaridad para reducir desigualdades y la construcción de ciudades y comunidades humanas amigables para las personas. Alrededor de esos propósitos, cuatro portavoces, dos por centro, arroparon con sus reflexiones la exposición de ocho compromisos que sus señorías infantiles terminaron votando en urna. Salió vencedora, con 28 apoyos, la sugerencia planteada por los escolares del colegio Principado para crear "un aula de bienvenida para los alumnos de otras nacionalidades, etnias o cualquier condición, para ayudarles en su integración en el cole y que puedan contarnos si se han sentido discriminados".

No muy lejos, con 22 respaldos, quedó la propuesta más conceptual del Veneranda Manzano sobre la empatía: "Pensaré en la suerte que otros no tienen y me pondré en sus zapatos, aunque es probable que alguno no los tenga. Si es así, le daré los míos". Con cinco votos cada una se situaron a continuación una promesa de "ser más amables de lo que somos, tener buena actitud y positividad" y otra de "crear un ambiente donde todos los niños y niñas se sientan bienvenidos y respetados".

Este espíritu de invitación a la comprensión y al acompañamiento, a la integración del diferente y a la atenuación de las diferencias recorrió una sesión que Cofiño presidió junto a los directores generales de Infancia y Familias y de Infraestructuras y Tecnologías Educativas, respectivamente Belén Barrero y Julio Vallaure, y a la directora general adjunta de Aldeas Infantiles SOS España, María del Mar Líndez. Ellos y la diputada del PP Pilar Fernández Pardo, "incrustada" entre los jóvenes parlamentarios efímeros, escucharon a Pablo Vela Fernández, uno de los portavoces del Veneranda Manzano, explicar que "ser solidarios significa estar dispuestos a ayudar a los demás cuando lo necesitan, compartir lo que tenemos y trabajar juntos para hacer del mundo un lugar mejor". Sintieron el "escalofrío" de su compañera Lola Velat "al pensar que a veces no tenemos a nadie que nos dé un empujón cuando las cosas se ponen difíciles". "Aunque pienses que estás muy mal", advirtió, "párate y ponte a pensar en la cantidad de niños y personas que lo están pasando mucho peor". Esther Casado, del colegio Principado, exigió y proclamó "el derecho a vivir en una sociedad sin desigualdades", y su compañero Lucas Melón, la necesidad de establecer "para las próximas generaciones un único camino en el que la discriminación, la desigualdad y el consumo abusivo de recursos se queden en la cuneta".

La simulación parlamentaria avanzó por esos caminos hacia el aliento de un proceso de escucha mutua que tal vez a la Junta le hiciera falta en una semana crispada. "Estamos obligados a escuchar a los jóvenes", dejó dicho Cofiño, "y procurar que ellos permanezcan, a su vez, en la escucha. Solo así lograremos un futuro en el que la violencia, la agresión y el insulto sean sustituidos por la palabra y el argumento".