La exigencia de IU y Covadonga Tomé a Barbón para negociar la oficialidad: nada de mezclar otras cuestiones

Pumares (Foro) insta a "dejar de enredar" al Presidente, que quiere abrir el debate sobre el asturiano antes de que finalice el mes de mayo

Manifestación, el sábado en Oviedo, por la oficialidad.

Manifestación, el sábado en Oviedo, por la oficialidad. / F. R.

Mariola Riera / X. F.

El nuevo intento de Adrián Barbón de que la llingua sea lengua oficial en Asturias cuenta, como era de esperar, con los parabienes de la izquierda y las reticencias o el rechazo directamente del ala conservadora. Y así las cuentas no parece que le vayan a cuadrar tampoco esta vez, pese a que esta misma semana tiene previsto convocar a todos los grupos para abrir la negociación en la segunda quincena de mayo con el fin de hacer efectiva la oficialidad en cuanto sea posible.

El coordinador general de IU, Ovidio Zapico, y la diputada del Grupo Mixto Covadonga Tomé –expulsada de Podemos recientemente– mostraron este domingo su apoyo al Presidente del Principado para emprender la reforma necesaria del Estatuto de Autonomía en su artículo 4 y alcanzar la oficialidad. Por contra, Adrián Pumares, portavoz de Foro, no lo tiene tan claro y no se cree el paso que ha dado Barbón, quien dice estar animado por el "clamor popular" y por el presidente de la Academia de la Llingua, Xosé Antón González Riaño. Este le instó a buscar consenso político el pasado viernes con motivo de la conmemoración del Día de les Lletres. Pumares ha pedido a Barbón que "deje de enredar".

La postura de Vox es conocida, con su oposición frontal. Y la del PP, también, y fue de nuevo expuesta este mismo fin de semana por su presidente, Álvaro Queipo, quien se desmarcó de la oficialidad del asturiano al "implicar obligación" y defendió la voluntariedad de uso.

En el caso de Foro no es tan claro el rechazo. Pumares ha retado a Barbón a llevar a la Junta cualquier propuesta de reforma del Estatuto. "Lo discutiremos con luz y taquígrafos", advirtió. En su opinión, el Presidente regional "quiere esconder su falta de voluntad y su pereza, porque en casi cinco años que lleva gobernando no ha impulsado la ley de Uso ni avanzado en la normalización del asturiano".

Por contra, Zapico y Tomé no solo han aplaudido el paso adelante del Presidente, sino que coinciden en celebrar que el marco de la negociación que plantea Barbón sea exclusivo para abordar la oficialidad y se ciña a la reforma del artículo 4 del Estatuto de Autonomía.

En una visita este domingo a la Feria de Tineo el coordinador de IU, además de consejero del Gobierno regional, señaló que la idea de abordar "con carácter exclusivo la reforma del Estatuto es lo necesario. No se pueden introducir otros elementos que dieron al traste la negociación hace dos años. Con esas premisas, IU acudirá con el mejor de sus ánimos". Indirectamente, instó a Álvaro Queipo –quien ha proclamado su "asturianismo" y se ha declarado "falante"– que se aclare: "No vale estar echando la gata al gatu ni andar mareando. Debe quedar claro si vamos en serio con esto o si solo nos gusta hablar de cara a la galería".

Covadonga Tomé advirtió también a Barbón de que "no se puede volver a cometer el error de negociar esta oficialidad con cuestiones fiscales o de otra índole". Y más avisos: "No es suficiente reforzar la ley de Uso de la llingua, porque la oficialidad es un derecho de los asturianos y las asturianas. Nuestras lenguas no son una moneda de cambio". La diputada cree "torticero" el discurso del PP de igualar oficialidad con obligatoriedad.

Las cartas están echadas y solo le queda al Presidente del Principado abrir el juego. La reunión que convoque con todos los grupos impulsará el inicio de la negociación del texto de la proposición de ley necesaria para reformar el estatuto que iría al Parlamento. Aquí debe admitirse a trámite –mayoría simple– para debatirse en comisión y luego de nuevo en la Junta, donde se aprobaría definitivamente. La declaración del asturiano como lengua oficial de Asturias requeriría 27 votos, una mayoría reforzada que hoy por hoy, a tenor de las declaraciones y posicionamientos de los grupos, no existe.