Se anuncia que hoy, 27 de noviembre, Zapatero recibirá a 37 presidentes y altos directivos de las principales empresas españolas para analizar los grandes problemas estructurales de la economía española. En esta misma semana, el lunes 22 , en nombre de 61 grandes empresas representantes del 90 por ciento del Ibex y de otras como Santander, BBVA, La Caixa, Telefónica, Repsol, Inditex, Cepsa, Endesa, Iberdrola, Mercadona, Vodafone, Iberia, Renfe, Ford, FCC, etcétera entregaban al Rey el documento «Transformar España», elaborado por la Fundación Everis que preside el ex ministro Eduardo Serra.

Este documento, a modo de manifiesto o carta, constituye, como ha sido señalado, una enmienda a la totalidad del actual sistema político, ya que plantea una revisión profunda en las líneas maestras de la gobernanza del país, incluyendo el modelo de Estado, las leyes electorales, educación, sistema judicial, unidad de mercado, administraciones públicas, partidos y asociaciones. Son treinta propuestas de un gran contenido que añaden una severa crítica a las políticas que se vienen aplicando en los últimos años y precedentes, aunque en diferente proporción, tanto del PP como del PSOE.

Es muy significativo que respecto al indicador «valor-país», que mide aspectos de bienestar, calidad de gobierno, competitividad y otros, se afirme que España ha retornado a valores correspondientes a 1999, es decir que hemos perdido diez años. Roberto Centeno, comentarista del tema, se atreve a señalar que Zapatero ha hecho del «valor-país» de España un hundimiento de proporciones bíblicas.

Quizás sea el capítulo dedicado al análisis del modelo autonómico el que tenga mayor contundencia y produzca mayor alarma. Naturalmente se insisten la necesidad de reformar las duplicaciones de tres administraciones diferentes que configuran un disparate de Estado, que finalmente carece de elementos de control sobre las comunidades autónomas, ignorando lo que gastan, cómo lo gastan y lo que deben. Así no hay manera de valorar ni la deuda pública ni el déficit.

Muy motivadoras por sus conclusiones, son las propuestas referidas a las reformas del sistema electoral, exigiendo el cambio de la dictadura partitocrática de listas cerradas y bloqueadas por un sistema de elección directa por parte de los ciudadanos. De la misma forma se podrían calificar las propuestas sobre necesidad de llegar a consenso en cuestiones como educación, ciencia y energía, acabando con la politización de temas que deberían estar alejados de la lucha política.

El informe incluye un comentario de gran crudeza a la hora de juzgar la situación, y Eduardo Serra añade: «No puede continuar la inseguridad jurídica que dan 17 parlamentos legislando "diarreicamente"».

El interrogante de urgencia sería preguntarse en que se traducirán las propuestas, incluidas las que formulen los directivos convocados a la Moncloa. Se ignora lo que dijo el Rey a la vicepresidenta Salgado, cuando ya había leído «Transformar España».

No se puede ser muy optimista teniendo en cuenta el escaso eco mediático que ha merecido. Todos aquellos que se embarullan con lo de la diversidad, plurinacionalidad, pluriculturalidad y plurilingüismo, geometría variable y cambio de socios constituyentes rechazarán las propuestas del documento en lugar de sacar copias y enviarlas a todos sus votantes, simpatizantes y afiliados recabando opinión. Habría sorpresas.