Avilés es Avilés porque tiene un fuero, un documento que es «un emblema para la historia de Asturias y para la historia medieval de todo el país». Josefa Sanz, catedrática de Diplomática, participó ayer en la presentación de las actas del congreso que certificó el nacimiento de la villa. «Avilés es la más antigua de las villas marineras del arco atlántica: fue aforada en 1155», recordó Juan Ignacio Ruiz de la Peña, catedrático de Historia Medieval de la Universidad de Oviedo y ex director del Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). De hecho, ayer debutó su sucesor: Ramón Rodríguez, el director de la Biblioteca de la Universidad.

Para Sanz, el congreso de octubre de 2010 alcanzó resultados óptimos. Los cruciales salieron de las ponencias de los profesores Miguel Calleja y Carmen del Camino. Los dos, recordó Sanz, afirmaron con rotundidad que la copia del Fuero de Avilés «era original». Esta circunstancia ha sido muy discutida a lo largo de los siglos.

Ruiz de la Peña agradeció «la especialísima sensibilidad de la corporación municipal por la propia historia». De hecho, el Ayuntamiento recientemente publicó una colección diplomática cuyos originales guarda el Archivo Histórico.

Las actas del congreso del Fuero de Avilés cuentan con el patrocinio del Ayuntamiento de Avilés y del RIDEA. El encuentro reunió a especialistas Asturias, del resto de España y de otros países europeos. El motivo fue la recuperación de la segunda copia del documento, que estaba en Murcia, en manos de un coleccionista privado. La comparación entre las dos copias permitió discernir el momento en que la ciudad de Avilés echó a andar. Los fueros se otorgaban a los núcleos de población más o menos organizados. El documento lo que hacía era organizar definitivamente la villa.