La presencia de una docena de barcos de cerco con base en puertos cántabros y guipuzcoanos faenando desde hace días en aguas asturianas es vista casi como una provocación por parte de los pescadores del Principado, que víctimas de un reparto de cupos que les condena a tener que privarse de capturar ciertas especies ven enrabietados como sus colegas de otras comunidades sí que pueden llenar las redes con pescados como el chicharro. Para colmo, los pescadores asturianos han observado que algunos de los barcos foráneos invaden aguas interiores del Principado, una práctica ilegal y que han puesto en conocimiento de la autoridad pesquera regional.
"Además de venir a pescar a nuestras aguas lo que a nosotros nos niega el Estado, algunos se pasan de listos y se meten en las aguas interiores para redondear la jugada. No se puede meter más el dedo en la llaga", manifestó a este diario uno de los armadores que pertenece a la recientemente constituida asociación de cerqueros de Asturias, Cercoastur.
La dirección general de Pesca del Principado confirma que, en efecto, ha recibido varias quejas y denuncias formales de armadores asturianos que aportan datos sobre las supuestas prácticas ilegales de pescadores foráneos, en especial en las aguas interiores del ala oriental de Asturias. Por ese motivo se han iniciado diligencias aclaratorias para determinar si la protesta por la invasión de los espacios acotados a la pesca tiene fundamento y en caso de que así sea proceder a sancionar a los infractores. Los barcos de cerco portan las llamadas "cajas azules", unos dispositivos electrónicos que facilitan información en tiempo real sobre la posición del barco y la actividad que está realizando (navegar o pescar), por lo que las autoridades asturianas creen que no será muy difícil dirimir si hubo o no la presunta invasión de las aguas interiores. Los datos históricos de las "cajas azules" debe facilitarlos la secretaría general de Pesca, dependiente del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.
Al margen del malestar por esos supuestos "abusos" de los pescadores foráneos, la flota cerquera asturiana ve entre indignada y cabreada como sus colegas de Cantabria y Guipúzcoa hacen el agosto pescando chicharro en las aguas asturianas mientras que ellos, discriminados en el reparto de los cupos de esa especie, tienen que conformarse con buscar sardinas (escasísimas) o bocarte (muy limitado de cupos a estas alturas de la costera).
"Hay barcos de afuera que pescan en un día 40.000 o 50.000 kilos de chicharro y nosotros no podemos ni tocar ese recurso porque nos negaron el cupo; descargan en puertos asturianos o van a vender a San Vicente de la Barquera, con lo que en el segundo de los casos no queda ni un céntimo de beneficio en Asturias. Esto es de vergüenza", señalan desde Cercoastur. Para entender mejor el agravio, un barco de cerco asturiano -según los armadores consultados- solo puede pescar en todo el año 80.000 kilos de chicharro, una cifra que logran los foráneos en apenas tres días.
