El arqueólogo de Bañugues Nicolás Alonso tiene claro que el hallazgo de restos óseos humanos en la playa de Llumeres "no es algo extraño". Fundamenta esa afirmación basándose en los numerosos archivos y documentos históricos que hablan de la existencia de naufragios en la zona este del cabo Peñas y principalmente en las aguas que bañan su parroquia, tanto la ensenada de Llumeres como la de Bañugues propiamente dicha. "Hay documentados varios naufragios desde el siglo XVII y XVIII y estos restos pueden pertenecer a esas épocas, pero hay que tomar estas cuestiones con cautela hasta que no se investiguen los materiales, ahora mismo todo son conjeturas", manifiesta el historiador local, que ha realizado diversas investigaciones con su equipo en su parroquia natal, como la que desarrolló durante la primavera de 2014 en la ensenada de Bañugues cuando dirigió las excavaciones arqueológicas en el yacimiento de Traslaiglesia.
Todo apunta a que los restos humanos hallados en el arenal de Llumeres, próxima a la extinta mina de hierro homónima, sean de hace siglos, aunque Alonso insiste en que "no se puede descartar ninguna opción, que será desvelada una vez los restos sean analizados". Hasta el momento, la Guardia Civil tiene almacenados los huesos a la espera de que los técnicos del servicio de Patrimonio hagan su análisis para datar los restos.
Nicolás Alonso pide además "respeto" con la zona arqueológica de Llumeres, teniendo en cuenta además que es protegida. Desde el pasado sábado, día en el que fueron hallados los restos óseos, la zona está balizada y acordonada. Es más, hay depositada gravilla en varios lugares del arenal porque, presumiblemente, fue ahí donde afloraron los huesos humanos de supuestamente varios individuos. A falta de pruebas, lo que parece evidente es que los restos salieron a la luz como consecuencia de la acción del mar, algo a lo que los vecinos de la parroquia de Bañugues están casi acostumbrados a ver como las olas hacen aflorar restos humanos, como ocurría en el yacimiento de Traslaiglesia, a pocos metros de la principal playa de la parroquia, donde se podían admirar restos del antiguo cementerio medieval situado junto a la antigua iglesia de San Nicolás y, a su vez, adosados a una zona que en tiempos fue también una villa romana.
