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Una atención sanitaria digna de encomio

Hoy hace un justo un mes que te fuiste para descansar. Como tú decías, cuando nos animabas los últimos días si nos veías tristes: "Yo estoy feliz, estoy con Dios y os veo bien. Ahora ya solo quiero descansar". En este último año especialmente (aunque ya en numerosas anteriores ocasiones) estuviste atendida por unos muy buenos profesionales que siempre te trataron con grandes dosis de cariño y a nosotros nos mostraron toda la comprensión que se necesita en momentos duros como el que acabamos de vivir.

A todos ellos queremos agradecer públicamente las atenciones recibidas de la manera que seguramente tú lo hiciste en privado. Salud y paz para el personal que diariamente estaba contigo en el centro de salud de Villalegre-La Luz; para quienes de una u otra manera te atendían en tus recaídas en el Hospital San Agustín y en el Hospital de Avilés y te procuraban la mejor de las atenciones; para quienes en el HUCA decidieron que tu vida merecía un esfuerzo más y que era posible el intento; y para quienes en el IMOMA te ayudaron a que continuaras siendo la mujer digna de conocer y disfrutar como siempre fuiste. Y al servicio de Paliativos, pues aunque a veces la medicina no haga milagros, ¡puede aliviar tanto...! Salud y paz a las personas que estuvisteis con ella y con nosotros ayudando de cualquiera de las maneras.

"Vivir en los corazones que dejamos tras nosotros, eso no es morir".

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