Chloë Martínez dio un paso de gigante con sus apenas tres años. Ayer, la pequeña aprovechó la visita del Angulero y de su ayudante Lolina la Rulera al colegio de Sabugo para entregarle uno de sus bienes más preciados: el chupete. Eso sí, no quitaba ojo a la caja donde se lo entregó al entrañable personaje navideño que vive en el mar de los Sarganzos todo el año al cuidado de las anguilas y las angulas y que, poco a poco, va comiendo el terreno de las preferencias infantiles a Santa Claus ya que, como él, recorre las casas la noche del 24 de diciembre dejando regalos.

L'Anguleru y su acompañante acudieron a las clases de los alumnos de Educación Infantil y respondieron a las preguntas que les lanzaron los pequeños. Entre ellas, dónde estaba Papá Noel y si les gustaban los niños "que lloran". También les enseñaron a utilizar el serazo, con el que algunos de los pequeños intentaron pescar angulas en forma de globos de colores. La visita del personaje a las aulas concluyó con el regalo de cuentos variados, además de cantando un villancico dedicado al Anguleru. En días anteriores los alumnos de Infantil participaron en un taller familiar de anguleros, donde confeccionaron junto a sus padres al personaje navideño con materiales de goma.

Lolina y Xesús, los ruleros, son los llendadores de la ría, que, además, son personas reales. Xesús trabajó en la primera y segunda rula de Avilés y Lolina, su hija, trabajó durante muchos años como telefonista y auxiliar de caja de la lonja local. Hoy será el rulero el que visite a los alumnos del colegio Sabugo.

L'Anguleru y Lolina no fueron los únicos que estuvieron ayer en el centro educativo. Antes, Pedro Solís estuvo contando un cuento escrito por él mismo y, a continuación, el periodista Juan Wes explicó a los pequeños la historia de las cuatro rulas que tuvo la ciudad, la última, en la calle Conde de Guadalhorce.