Julio López Peláez, doctor en Geología y profesor jubilado del Colegio San Fernando, presentará el jueves su libro "El estuario de Avilés, 1833/2016" a las 20.00 horas en el Palacio de Ferrera. La obra surgió a partir de su tesis doctoral, dedicada a los estuarios asturianos.
-En noviembre de 2015 leí la tesis. Y, en diciembre, Benjamín Lebrato me puso en contacto con Santiago Rodríguez Vega, el presidente de la Autoridad Portuaria, que se interesó por ella y me propuso publicarla. Yo le planteé extractar la parte dedicada al estuario de Avilés, darle una vuelta y aportarle más material. Así es como surge este libro, que quiero que sea de divulgación y de consulta. Que sea útil para alguien que estudie el estuario de Avilés, pero que también llegue a gente sin una formación académica específica.
- ¿Por qué se interesó por los estuarios?
-Fue Germán Flor, profesor titular de la Universidad de Oviedo, quien me lo propuso cuando empecé a preparar la tesis, hace veinte años. Me propuso un trabajo de suficiencia investigadora sobre el estuario de Avilés. Y luego para la tesis lo ampliamos a los grandes estuarios asturianos.
- ¿Cómo plantea el libro?
-El trabajo se puede dividir en dos partes muy claras. Está presentado por Santiago Rodríguez Vega y prologado por Germán Flor. En la introducción, describo los aspectos generales de tipo geológico y climático de Asturias. Y luego, características generales de los estuarios asturianos, que son muy definidos.
- ¿Cómo son estos estuarios?
-Fundamentalmente son estuarios confinados con una barrera arenosa. Es el caso del de Avilés, Salinas y los campos dunares. Es algo muy característico en los estuarios asturianos. Tienen forma de trompeta, van cerrándose.
- La segunda parte del libro está dedicada al caso avilesino.
-Sí, hay unos aspectos generales sobre la distribución de las arenas en las aguas submareales, una descripción de la cuenca hidrográfica. Este estuario se caracteriza porque no tiene un río tronco, son cuatro riachuelos y todos los materiales sedimentarios vienen del Nalón. A partir de planos antiguos que fuimos rescatando reconstruyo el estuario en su funcionamiento natural. Y voy describiendo todos los cambios que se van produciendo. La fecha de inicio es 1833 porque es el año en el que se instala la Real Compañía Asturiana de Minas en Arnao, que es la que primero modifica el estuario. La primera gran transformación es la motivada por la plantación de pinares en Salinas. Luego hay una fecha intermedia: 1945. Todos los cambios anteriores son preindustriales, después las transformaciones están directamente vinculadas a la gran industria. Al final, hago un análisis comparativo sobre la evolución de las unidades morfosedimentarias. Lo único que queda del estuario original es la forma de "Z", que no cambió nunca. Y pequeños retazos: el monumento natural del Espartal, el de la ensenada de Llodero...
- ¿Es el estuario más transformado de Asturias?
-Sí. Es que en Avilés no hay nada, es todo cemento. La ría ahora es un tubo muy grande.
- ¿Cómo influyen los cambios en la dinámica del estuario?
-Influye sobre todo en el entorno de Salinas. El estuario es un conjunto que está en equilibrio. Cuando hay abundancia de sedimento el mismo estuario lo echa a la barrera y va creciendo el campo dunar. Y cuando no, tira del almacén. Evidentemente repercute en los dragados.
- ¿Salinas tendrá ya siempre escasez de arena?
-Siempre. No sólo por esto, hay más factores. Uno son los dragados. Pero siempre digo que es el precio que tenemos que pagar para que puedan entrar en el puerto barcos "Panamax".
- ¿Qué otros aspectos influyen?
-La variación del nivel del mar, que va subiendo. Pero además hay un cambio climático que es obvio, los fenómenos meteorológicos extremos cada vez son más frecuentes y, con ellos, retrocede metros el frente dunar.
