La multinacional francesa Saint-Gobain, con fábrica en Avilés, aprovechó la presentación de sus resultados en el primer semestre del año en curso para hacer balance del daño que le causó el ciberataque de que fue objeto, junto a otras compañía e instituciones, el pasado 27 de junio. En concreto, la intrusión en sus sistemas informáticos tuvo un impacto negativo para Saint-Gobain de 220 millones de euros en ventas (65 millones en los ingresos de explotación), que serán 250 millones de euros en el conjunto del negocio mundial del año (80 millones de euros menos de ingresos de explotación). No obstante, la empresa da cuenta de resultados positivos en el primer semestre y anticipa que acabará el año en la senda de los beneficios.
Saint-Gobain fue una de las víctimas del último gran ciberataque del virus de "ransomware" denominado "Petrwrap", que afectó a empresas de todo el mundo. Ese día, como defensa ante la intrusión, la compañía procedió a aislar su sistema informático, con el consiguiente perjuicio comercial. "La defensa ante el ataque cibernético deparó un tiempo de inactividad de los sistemas informáticos e interrupciones en la cadena de suministro. Los sistemas informáticos se restauraron rápidamente, logrando el retorno a la normalidad en todas nuestras operaciones el 10 de julio. Se ha hecho todo lo posible para asegurar la continuidad de las operaciones y, en particular, para reducir al mínimo el impacto en los clientes. Este evento no debería influir en las futuras relaciones comerciales", reza el comunicado que hizo público Saint-Gobain. La compañía añade que, geográficamente, fueron los centros de trabajo de Europa occidental los que se vieron más afectados por el virus "Petrwrap", sobre todo los ubicados en los países nórdicos, Alemania y Francia.
Pierre-André de Chalendar, presidente y director general de Saint-Gobain, hizo esta declaración oficial como acompañamiento a la rendición de cuentas del primer semestre del año: "Las tendencias positivas observadas en 2016 se confirmaron en la primera mitad de 2017, sobre todo en Francia. De no haber sido por el ataque cibernético, el crecimiento habría sido el más alto desde la primera mitad de 2011 y habría dado lugar a un crecimiento de dos dígitos en los ingresos de explotación. La prioridad dada a los precios de venta ayuda a compensar la inflación que registran los de las materias primas y la energía. Estos resultados están en línea con nuestras expectativas y permiten confirmar con confianza el cumplimiento de nuestros objetivos para 2017 "
En el primer semestre de este año, Saint-Gobain facturó 20.409 millones de euros, un 4,4 por ciento más que en el mismo período de 2016; tuvo un resultado de explotación un 7,1 por ciento mejor (1.465 millones) y el beneficio creció hasta llegar a 751 millones (un 20,4 por ciento más que en la primera mitad del año pasado).
Por sectores, las ventas de materiales innovadores subieron un 4,1 por ciento en términos interanuales impulsadas por el vidrio. El negocio de la automoción, del que forma parte la fábrica avilesina, productora de parabrisas, "mantuvo su empuje impulsado por Asia y los países emergentes; en Europa, las ventas mantienen un buen nivel". Uno de los objetivos más ambiciosos propuestos para lo que resta de año es lograr un ahorro de costes de 270 millones; en el primer semestre la compañía ya ha conseguido ahorrar 170 millones, según los resultados difundidos.
