Avilés tiene que afrontar en los próximos años un gran reto demográfico: conseguir que el número de habitantes no se desplome. Los números son claros: la ciudad acaba de bajar de la barrera de los 80.000 habitantes por primera vez en cinco décadas, según los datos del padrón que acaba de hacer públicos el Instituto Nacional de Estadística (INE) y que corresponden al 1 de enero de 2017.
El municipio cuenta ahora con 79.514 habitantes, 600 menos que un año antes (80.114) y 7.000 menos que en los años ochenta, cuando Avilés llegó a su pico máximo de población: 86.584 vecinos. Y es que la ciudad, en los años sesenta y setenta se convirtió en tierra de acogida al albur del desarrollo industrial. En la comarca la situación no ha ido mucho mejor; todos los concejos -Avilés, Castrillón, Corvera, Gozón, Illas y Soto del Barco- han perdido población y, en conjunto, suman 133.256 habitantes, un 4,1 por ciento menos que a principios de la década.
Hay varias razones que pueden explicar ahora esa importante caída. La primera, la crisis económica y las regulaciones de empleo en las empresas de la comarca, que provocaron la marcha de muchos vecinos. La segunda, el descenso en el número de nacimientos -en 2017 apenas se registraron 867 nacimientos en el Hospital de San Agustín, una de las cifras más baja de la serie histórica- y el consiguiente envejecimiento de la población -la previsión es que antes de 2025 Avilés sea una de las ciudades más envejecidas de España-. Y la tercera, la bajada del número de extranjeros en la ciudad bien porque se van a probar suerte a otros lugares por la falta de trabajo bien porque deciden volver a sus casas. Por ejemplo, en 2010 se contabilizaron 3.540 inmigrantes en la ciudad; en 2016, 2.771, según el Instituto Nacional de Estadística.
Ese descenso de la curva demográfica preocupa mucho a la alcaldesa, Mariví Monteserín, que está haciendo de ese problema uno de sus principales caballos de batalla. Conseguir aumentar de población, sobre todo atrayendo gente joven, es uno de los objetivos del nuevo pacto social que va a firmar el Ayuntamiento de Avilés con los sindicatos y con la Fade. "Avilés está preparara para tener una mayor población; tiene infraestructuras y servicios diseñados para atender con holgura a noventa mil personas. Y tenemos que hacer todo lo posible para cambiar esa curva demográfica. Tenemos que rejuvenecer la ciudad; llamar la atención a los jóvenes para que decidan construir su proyecto de vida aquí", aseguró hace unas semanas la Alcaldesa.
Una de los claves para conseguirlo está en la apuesta de la ciudad por la industria y la investigación industrial "como eje fundamental para poder atraer inversiones y producción de alto valor añadido con empleos de calidad y estables", como destacó hace unos días el portavoz del gobierno, Luis Ramón Fernández Huerga. Y ahí está en trabajo que se está haciendo en La Curtidora, el parque tecnológico "Avilés- Isla de la Innovación" o el Centro de Desarrollo Tecnológico de Arcelor-Mittal. "Son buenos ejemplos de que Avilés ya empieza a ser un destino atractivo para jóvenes con talento, pero debemos seguir invirtiendo en estas mismas líneas", dijo hace unas semanas la Alcaldesa.