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La cofradía de pescadores afronta una fuerte crisis por la constante marcha de gestores

La dimisión de un armador luanquín por los incesantes enfrentamientos de la entidad deja bajo mínimos el cabildo

Un pesquero, amarrado en el puerto de Avilés. MARA VILLAMUZA

La dimisión del armador luanquín Alfredo Gutiérrez Fernández ha agravado la crisis que carcome a la cofradía de pescadores "Virgen de las Mareas" al dejar bajo mínimos el cabildo de la institución, el órgano que hace las veces de comisión ejecutiva. Según fuentes consultadas por este diario, han sido tantas las deserciones que incluso podrían darse las circunstancias para proceder a una intervención administrativa de la entidad, si bien este extremo ya fue solicitado hace meses por el abogado que representa a la treintena de vecinos del barrio del Nodo (propiedad de la cofradía) requeridos para negociar unas nuevas condiciones de su contrato de alquiler y la dirección general de Pesca decidió obviar el tema.

La marcha de Alfredo Gutiérrez Fernández, según ha explicado el propio interesado a este diario, se produjo porque "no veía las cosas claras". El armador, propietario entre otros del pesquero "Cristo del Socorro", ocupó hasta el momento de su dimisión la vocalía del cabildo reservada para la agrupación de empresarios de la flota comunitaria. En su despedida, según relata, ha pesado el "mal ambiente" que reina en todas las relaciones externas de la cofradía, la judicialización "enfermiza" de asuntos como la gestión inmobiliaria del Poblado de Pescadores, la tensión latente entre la cofradía y el consejo de administración de la rula de Avilés (del que forma parte "Virgen de las Mareas"), el empeño del cabildo en llevar a los tribunales para dirimir su responsabilidad patrimonial a trece personas que ocupan u ocuparon cargo de consejero en Lonja Avilés y "el poder absoluto que ejerce desde su cargo de vicepresidente de la cofradía José Ignacio Santiago Pereiras".

La larga relación de razones que hay detrás de la dimisión de Alfredo Gutiérrez Fernández se resume en un temor: "Todo son problemas y follones, papeles que te mandan firmar sin saber siquiera para qué y vete a saber qué consecuencias puede tener esa forma de hacer las cosas; sólo por el pleito abierto contra los consejeros de la rula se debe un pastizal y que yo sepa la cofradía no anda muy boyante de dinero... a ver quién va a pagarlo".

Antes de la dimisión de Gutiérrez Fernández se produjo, hace ahora un año, la del armador de Cudillero Fidel Álvarez Garaot, en aquel caso con el agravante de que, además de vocal representativo de su sector, era el patrón mayor de "Virgen de las Mareas". En su momento, Álvarez Garaot fue esquivo a la hora de dar explicaciones de su dimisión -de hecho, trascendió varias semanas después-, con el tiempo ha dejado entrever que no estaba a gusto en la entidad por la proliferación de conflictos y por el protagonismo que tiene en la misma José Ignacio Santiago y hoy en día acumula tal malestar con la que ha sido su casa durante los últimos años que medita trasladar la base de operaciones de sus barcos al País Vasco.

Las dimisiones de dos de los cuatro vocales a los que tienen derecho los armadores en el cabildo deja como únicos representantes de la parte empresarial a José Ignacio Santiago Pereiras y a su socio Gerardo Granda Álvarez, que reza como armador solo a efectos instrumentales, práctica habitual en el sector: es propietario de una pequeña parte accionarial de una sociedad armadora si bien su principal actividad económica no es la pesca extractiva.

La parte social, compuesta por cuatro pescadores, no ha tenido protagonismo alguno en el mandato -al menos de puertas afuera de la cofradía- y las vicepresidencias recaen en José Ignacio Santiago Pereiras y Luis Eugenio Brun Espiña, cuya condición de socio es puesta en entredicho desde sectores críticos con la actual directiva de la cofradía que lo vinculan a trabajos ajenos a la mar. En cuanto al presidente del cabildo o patrón mayor, el cargo que dejó vacante Fidel Álvarez Garaot lo desempeña ahora Tomás Badiola, otro "armador instrumental" que hasta el día antes de asumir sus nuevas funciones era administrativo de la cofradía.

Como mínimo, la ausencia de dos de los cuatro armadores que estatutariamente deben formar parte del cabildo, la doble condición de vocal y vicepresidente de José Ignacio Santiago Pereiras y el desempeño del cargo de patrón mayor por parte de una persona que no formaba parte en el momento de su nombramiento ni de la junta general de la cofradía constituyen, a juicio de las personas críticas con la gestión de la cofradía, vulneraciones flagrantes de la legalidad y, por tanto, un motivo para intervenir la entidad, nombrar una gestora y promover elecciones.

No parecen coincidir, en todo caso, ese punto de vista y las intenciones de la dirección general de Pesca del Principado, proclive a dejar que la actual ejecutiva de "Virgen de las Mareas" se desgaste hasta el punto de tornar insostenible su continuidad y sean las próximas elecciones ordinarias las que aclaren el panorama. Un plan que, no obstante, conlleva un riesgo: que la cofradía no sobreviva y desaparezca fruto de la falta de recursos y del desapego de los pescadores.

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