La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las mayores del Alfaraz urgen bancos en el parque para poder "descansar"

"Estamos aisladas; si bajamos a la Cruz de Illas ya no podemos subir", critican las vecinas

Pilar Expósito, Carma García, Sara París, Laudina Martínez, Olga Vega y Maripaz del Río, en el Alfaraz. RICARDO SOLÍS

La urbanización del Alfaraz dispone desde hace varios años de un amplio parque donde los niños pueden jugar a la pelota y los adultos sacar a sus mascotas. Sin embargo, el paseo que lo atraviesa, situado haciendo eslalon en una cuesta pronunciada, carece de bancos a los márgenes para poder sentarse a descansar. Una necesidad que afecta especialmente a las personas mayores, que se ven relegadas a quedarse en un pequeño recinto con asientos y máquinas para hacer ejercicio en la parte superior. "Estamos aisladas", protestan algunas de las vecinas.

Al otro lado del parque se encuentra La Cruz de Illas, el lugar más cercano para poder realizar las compras, ahora que la urbanización está desierta de los comercios que solía tener en la plaza interior. "Si bajamos ya no podemos subir", reconoce Olga Vega. Junto a ella están sentadas otras tres mujeres de su edad. "Si hubiera algún banco a los lados del camino podríamos hacer la ruta y sentarnos a descansar después de cada tramo", aseguran. "Estamos aisladas, no podemos ni ir a misa", se lamenta Vega. "Nosotras también tenemos la necesidad de subir y bajar", se queja Carma García, que si quiere salir a la calle debe valerse de dos bastones desde que le implantaron una prótesis en la rodilla. A pesar de las dificultades, no se resigna a quedarse en casa, e insiste en lo positivo que le resulta salir a tomar el aire. "Si me tengo que quedar en el piso, ¿qué me queda?", protesta la anciana.

La falta de asientos también afecta a los más pequeños. Hasta veinte menores acuden a la parada en la rotonda cercana para esperar al autobús escolar, que carece de un lugar techado bajo el que resguardarse en los días de lluvia. "En el proyecto original había dos bancos planeados para ese lugar, y no se han colocado todavía. Hay espacio de sobra para colocar una marquesina", argumenta Sara París.

"Hemos acudido al Ayuntamiento de Avilés a presentar el problema y no han sabido resolverlo. Nos gustaría saber a dónde tenemos que acudir. En Miranda nos dejaron fuera del mundo", claman los afectados con resignación.

Compartir el artículo

stats