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El gran telescopio se pone a punto

El ingenio construido por Asturfeito para el estudio del universo saldrá en enero hacia Chile tras un retraso por la complejidad de las pruebas

Un operario pasa por delante del gran telescopio. MARA VILLAMUZA

El sistema central del gran telescopio que revolucionará el estudio del universo, fabricado en Avilés, no saldrá del puerto hacia Chile hasta principios de 2019. El esqueleto del ingenio revolucionario afronta las últimas pruebas en las naves de Asturfeito del parque empresarial avilesino. El envío estaba previsto para este otoño, pero la complejidad de la fase de pruebas (hay que revisar cada una de las partes que componen la gran estructura, el software, mecánica, hasta el más mínimo detalle) ha retrasado los planes iniciales. Fuentes de la compañía han explicado que estos días está concluyendo la revisión del telescopio con el objetivo de iniciar la fase de desmontaje en noviembre y con miras a su salida por el Puerto de Avilés en el mes de enero.

La compañía asturiana consiguió el contrato en 2014, como adelantó LA NUEVA ESPAÑA. Asturfeito suministra el esqueleto del gran telescopio bautizado LSST: un armazón metálico de casi 16 metros de diámetro y 375 toneladas de peso (el equivalente a 320 coches), que permitirá mover el complejo sistema y que albergará la cámara de fotos más grande del mundo, de 3.200 megapixels (como dato orientativo, el iphone X tiene 12).

La construcción del complejo astronómico va tomando forma en Cerro Pachón (Chile), a 2.600 metros de altitud, donde ya se ha acondicionado la carretera de acceso para el transporte de las diferentes piezas y estructuras. La cámara de revestimiento partió del barco "BBCArizona" el pasado 7 de septiembre del puerto belga de Amberes y llegará este mes a su destino. Además, la estructura de acero que soportará el espejo salió esta semana de Caid Industries, donde fue fabricado, hacia la Universidad de Arizona, donde se procederá a su integración con el espejo.

El objetivo del LSST es desarrollar un estudio del cielo durante diez años, realizando un barrido de la bóveda celeste cada dos días. Esto permitirá acumular una cantidad ingente de información, desconocida hasta ahora, y detectar cualquier cambio en el cielo en cuestión de segundos. Se recopilarán 200 petabytes de información, el equivalente a la capacidad de almacenamiento de 200.000 ordenadores domésticos. Al fotografiar el cielo completo cada dos días, el telescopio podrá analizar al detalle los cambios de los estrellas variables, restos de supernovas y otras explosiones cósmicas, o detectar fenómenos pasajeros que pasan desapercibidos en la actualidad en los observatorios astronómicos

Lo que permitirá al telescopio LSST realizar esos barridos del cielo es, precisamente, el armazón gigante que ahora está en fase de pruebas en Asturfeito y que supone un auténtico reto de ingeniería. En periodos de pocos segundos el sistema tiene que desplazar toda la estructura, volver a detenerse con total precisión y repetir esta operación durante toda la noche, ofreciendo una vida útil de al menos 20 años.

La montura del telescopio, donde irá integrada la cámara fabricada en Estados Unidos, pesa unas 375 toneladas, tiene una altura de 12,5 metros, un diámetro de la pista de azimut de 15,7 metros y una velocidad de giro de diez grados por segundo. Una estructura de esta envergadura exige de un sistema especial de cojinetes para poder moverse a las velocidades y precisiones que se requieren. La estructura del telescopio flota, literalmente, y se desliza sobre una capa de aceite de cincuenta micras (como referencia de esta precisión, es menor aún que el grosor de un cabello humano, que tiene unas 80 micras). El desplazamiento se logra mediante motores lineales magnéticos. La estructura gigante fabricada en Avilés incluye dos kilómetros y medios de tuberías, de tres milímetros de espesor, y mil cables de diferentes tipos (de datos, de potencia, de refrigeración...) que suman una longitud de unos 50 kilómetros.

Todo eso hay que desmontarlo de nuevo, una vez finalizadas las pruebas, como si fuese un mecano, cargarlo en un barco rumbo a Chile y volver a montarlo en Cerro Pachón, adonde se trasladará un equipo de entre quince y veinte trabajadores de Asturfeito. El montaje en destino durará entre nueve meses y un año. Está previsto que el LSST esté a pleno rendimiento en 2021.

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