El varapalo de la última subasta de los bonus eléctricos ha dejado a la gran industria asturiana hecha jirones. "Peligra la continuidad de algunas factorías industriales, pudiendo verse afectadas más plantas". Esto es lo que transmitió ayer la Asociación de Empresas con Gran Consumo de Energía (AEGE), un "lobby" en el que sobresalen las multinacionales Alcoa, Asturiana de Zinc (Azsa) y Arcelor; las tres producen en la comarca de Avilés aluminio, cinc y acero. "Los resultados de la subasta de asignación de la interrumpibilidad suponen un nuevo mazazo a la competitividad de la industria española electrointensiva", denuncia el colectivo empresarial.

La remuneración de la interrumpibilidad (lo que el Estado paga por la posibilidad de cortar la corriente a las fábricas) para el primer semestre de 2019 ha sufrido un recorte de casi un 40 por ciento y ello pese a "una mayor utilización: más de 700 órdenes por motivos económicos en lo que llevamos de año", detalla AEGE.

Esto ha hecho que la patronal eleve su nivel de alerta nuevamente. Y es que los grandes consumidores ven "con mucha mayor preocupación la gravedad del problema". Por ello, solicitan "medidas urgentes y estables para lograr un suministro eléctrico competitivo como el que tienen alemanes y franceses, que preserve la actividad presente y futura de nuestra industria". Añaden: "La situación de la industria electrointensiva se ha agravado notablemente; llueve sobre mojado".

Las industrias afectadas por el resultado de la subasta recalcan que mientras comercializan en el mercado global sus productos, la electricidad que consumen "se compra en un mercado local o regional, con un suministro eléctrico de los más caros de Europa". La subasta eléctrica permite a estas empresas tener "un seguro". Los ingresos que entran en las cajas a través de la subasta "mitigan en parte el elevado precio eléctrico que paga la industria en España, un efecto exacerbado por no contar tampoco con las compensaciones y exenciones permitidas por la Comisión Europea", concluyen.