Novatex es historia. La firma textil corverana del polígono de La Consolación no consiguió superar la crisis de 2015, coincidiendo con la pérdida de su principal cliente. La compañía presentó un ERE en enero de 2017 y suspendió la actividad productiva poco después, a la espera de socios para su reflotamiento. No lo ha conseguido. Entró en concurso de acreedores y ya está liquidada. La maquinaria está vendida y hay interesados en quedarse con la nave. El administrador concursal tiene sobre la mesa tres ofertas de compra, según ha podido saber LA NUEVA ESPAÑA.
La firma que dirigió Belén Fernández se constituyó en los albores del siglo XXI (en el verano de 2000) con el apoyo del Principado y de la multinacional química Du Pont para desarrollar un proyecto de reinserción laboral de mujeres con algún tipo de discapacidad o en riesgo de exclusión social y laboral. La compañía se dedicó casi en exclusiva durante años a la transformación de sontara, una especie de tejido patentado por Du Pont para productos de un solo uso o desechables. Las trabajadoras de Novatex transformaban las bobinas de sontara en múltiples productos de gran utilidad en sectores diversos, desde la automoción o el transporte a la industria aerospacial o médica. Casi el 90% de las ventas provenían de Sontara.
La firma perdió en 2015 a su principal cliente (tras vender Du Pont su negocio Sontara a Jacob Holm) y emprendió una nueva etapa con miras al mercado exterior y a la innovación con interesantes proyectos, como el desarrollo de un body llamado a alertar del riesgo de muerte súbita en bebés. Para entonces, este cliente principal ya suponía solo el 10% de la facturación. La firma no consiguió levantar el vuelo. En 2017, acabó presentando un expediente de regulación de empleo y no mucho después entró finalmente en concurso de acreedores.
