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Un paseo por la vida de... Tania González Peñas, candidata de Cambia Avilés

La fruta más madura del árbol del 15M

La mujer que lidera la lista conjunta de Podemos e IU se inició en política en el instituto y fue compañera de clase de Errejón en la Complutense

La fruta más madura del árbol del 15M

De paseo por el barrio de La Espina -a donde iba de pequeña al colegio público de Llaranes y a jugar al parque- para hacer las fotos que ilustran esta página, Tania González Peñas (Avilés, 1982) recuerda con nitidez la primera entrevista que concedió a este periódico, dónde se hizo (en la plaza del Sol) y alguna de las cosas que dijo entonces. O sea, que tiene buena memoria. Lo que ya no manifiesta con tanta intensidad es la ira que la apoderaba cuando siendo aún un tierno retoño podemita hablaba de los abusos bancarios o de la corrupción política en España. La actual Tania González, a punto de dejar de ser eurodiputada para convertirse en concejal de Avilés -ella confía en ser Alcaldesa- es una persona más templada, más reposada, más madura...

Pero ni mucho menos fue siempre así. En su infancia, vivida en el barrio del Pozón, la candidata de Cambia Avilés fue un polvorín y los días no tenían horas suficientes para aplacar tanta energía e inquietudes. Como estudiante se ganó fama de "empollona", pero además de destacar en los estudios sacaba tiempo para recibir clases de música en el Conservatorio, practicar deporte y jugar. Pero jugar como se jugaba antes, al aire libre. "Veníamos mucho a este parque" -comenta al paso por la zona verde que hoy en día separa la Toba de La Espina; éramos muy aficionadas al 'menos uno' (un juego inspirado en el baloncesto), pero también jugábamos al queda, al cascayu, al potro... ¡Cómo cundían de aquella los días!", evoca la candidata. En el capítulo deportivo practicó baloncesto y atletismo, siempre en el ámbito escolar.

La vena política de Tania González despuntó en su etapa de estudiante de Secundaria en el instituto Menéndez Pidal -elegido porque ofertaba transporte escolar gratuito-, donde con 16 años entró a formar parte de organizaciones estudiantiles que le sirvieron de lanzadera para formar parte del consejo escolar. Por aquellos años conoció a personas con las que tiempo después acabaría compartiendo inquietudes y proyecto político en Podemos, caso del concejal Primitivo Abella, entre otros.

En la vida de Tania González, los de la adolescencia fueron años de rebeldía e inconformismo, de soñar despierta con cambiar el mundo y despertarse al día siguiente frustrada porque nada cambiaba ni en su barrio, ni en Avilés, ni en Asturias.... Ahora, aspirante a la Alcaldía lleva precisamente ese verbo en su marca electoral: Cambia Avilés. El sueño de cambiar se reitera.

Madrid, la ciudad elegida por Tania González para estudiar la carrera de Ciencias Políticas, no hizo más que alimentar las ganas que la joven tenía por ser protagonista del diseño del futuro. Matriculada en la Complutense, la universitaria avilesina entró hasta la cocina el laboratorio donde estaba fermentando la semilla del partido morado. Tania González fue compañera de clase de Íñigo Errejón, al que le unen lazos de amistad, y recibió clases de Juan Carlos Monedero. Las teorías de Pablo Iglesias acabaron cristalizando sobre el caldo de cultivo calentito que dejó el movimiento 15M en el partido al que llamaron Podemos. Y ahí estaba otra vez la avilesina, en la pomada de la cuestión.

Entre medias, entre su etapa universitaria y el bautismo en la política "de verdad", el que le valió un escaño de eurodiputada, la candidata de la formación en la que confluyen Podemos e IU de Avilés fue pasajera de un tren laboral que en apenas cinco años le paseó por Santoña, Palencia, Segovia Zamora, Miranda de Ebro (Burgos) y Laredo (Cantabria). González, en su calidad de profesora interina -o sea, precaria- dio clase en todos esos sitios de Formación y Orientación Laboral (FOL). En esto de la docencia siguió los pasos de su padres, César y Mila, que fueron profesores del instituto de La Luz.

El deseo de dar un vuelco al funcionamiento de las instituciones públicas, un sentimiento de los que mamó abundantemente en las movilizaciones callejeras del 15M, le hicieron retomar el contacto con los colegas de la "complu", siendo de paso la perfecta embajadora en Avilés de lo que se cocía en el paritorio de Podemos.

Estrasburgo fue la "masterclass" política de Tania González. Vuelve de la capital europea mejorada por el paso de los años como los buenos vinos, dicen que más reflexiva -o sea, menos impetuosa- y dispuesta a protagonizar el cambio que sueña para su ciudad o, en su defecto, a influir en la acción del gobierno que tercie para acercarlo a ese objetivo.

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