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De asesino a ladrón de material eléctrico

Pérez Vilarchao, que mató a un periodista en 1991 y estranguló a tres vecinos en Serín en 1995, fue condenado esta semana por un hurto leve

Pérez Vilarchao, en la Audiencia de Oviedo, en 1997. NACHO OREJAS

De asesino a ladrón de poca monta. Ese ha sido el camino que ha recorrido en 25 años Emilio Pérez Vilarchao. En 1995, el avilesino protagonizó portadas en toda España tras cometer un triple crimen en Serín (Gijón)triple crimen . No era la primera vez que mataba. Tres años antes había asesinado a un periodista en Lugo. El miércoles, a sus 50 años, Pérez Vilarchao fue condenado por el Juzgado de lo penal número 2 de Avilés por un delito leve de robo. Deberá pagar 3.000 euros de indemnización a la empresa de la que sustrajo un generador eléctrico y una multa de 200 euros. El fallo judicial no le llevará de nuevo a prisión, de donde salió en 2012 tras beneficiarse de la "doctrina Parot" y después de haber cumplido 20 de los 85 años a los que había sido condenado.

Enjuto, con barba de tres días y enfundado en una gorra estilo ascot como la que llevaba cuando fue detenido en 1995. Así compareció Pérez Vilarchao el miércoles ante el juez. Con un hilo de voz apenas audible se declaró culpable del delito leve de hurto del que se le acusaba. La pena había sido pactada minutos antes entre su abogado, el de su compinche y el Ministerio Público: una indemnización de 3.000 euros para compensar los daños causados en el robo a la empresa propietaria del generador eléctrico que se llevaron y 200 euros de multa. Se libraba de la cárcel tras una vista oral que apenas duró tres minutos.

Ésta no era la primera vez que Pérez Vilarchao se sentaba en el banquillo de los acusados tras su salida de prisión. En enero del año pasado fue absuelto de un delito de lesiones por una presunta agresión a otro hombre en la madrugada del 2 de noviembre de 2017 entre Llaranes y La Marzaniella, en Avilés. El juez consideró que el motivo del denunciante para interponer la demanda contra Pérez Vilarchao pudo ser el resentimiento, la enemistad o la venganza, teniendo en cuenta que la relación entre ambos se encontraba lo suficientemente deteriorada como para que esto sucediese. Ya habían tenido otros conflictos judiciales antes.

Pérez Vilarchao escribió su nombre en la historia negra asturiana el sábado 16 de septiembre de 1995. Ese fue el día que aparecieron estrangulados José Luis Fernández Caserro y Marino Blázquez de la Rosa. El primero fue encontrado bajo el viaducto de la "Y" en Serín. El segundo, en Ambás (Carreño), a escasos kilómetros de la localidad gijonesa. El tercer cadáver, el de Luis Alonso Norniella, apareció seis días después en un dique de contención de la desembocadura del río Aboño. El móvil del crimen se debió al pago a Vilarchao con dinero falso de un pequeño alijo de droga. El asesino utilizó un almacén de pescado en El Llano para maniatar y amordazar a las víctimas, que murieron en algún punto de la autovía.

Tras su detención en Gijón, Pérez Vilarchao se declaró también autor del asesinato en 1991 de Gerino Núñez, redactor de sucesos del diario El Progreso, de Lugo. Por este delito la Audiencia Provincial lucense le condenó, en 1997, a 20 años de prisión. Un mes después la Audiencia Provincial de Oviedo le impuso una pena de 65 años por el triple crimen de Serín.

El caso conmocionó la región. Y es que Pérez Vilarchao aprovechó un permiso carcelario para cometer el triple asesinato, al igual que hizo cuando estranguló al periodista lucense. El preso cumplía treinta años de prisión por distintos delitos (robo, tenencia ilícita de armas, conducción de vehículos robados y quebrantamiento de condena) cometidos en varias ciudades españolas como Lugo, León, Cáceres, Málaga, Cantabria, Valladolid y Asturias.

Ahora, ocho años después de salir de prisión, trata de rehacer su vida en Avilés mientras sobrevive en la línea de la legalidad.

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