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Adiós al "número dos" de la Autoridad Portuaria

El ingeniero que bajó los humos al Puerto cambia Avilés por Valencia

Rubén Marín puso en marcha desde la dirección portuaria local el plan ambiental que redujo la contaminación de los muelles

Santiago Rodríguez Vega. M. V.

La mejoría ambiental lograda en sus actividades y en sus instalaciones por el puerto de Avilés es mérito, como suele ocurrir en todas las organizaciones, del conjunto de los actores involucrados, pero nadie negará al director del ente, Rubén Marín Gallego, su especial empeño en que esa estrategia "verde" fuese realidad pese a los muchos inconvenientes hallados. Este será, con toda seguridad, uno de los reconocimientos que la comunidad portuaria le hará al que ha sido su director en los últimos siete años en el momento de su marcha; porque Rubén Marín Gallego cambia de aires: se va al puerto de Valencia y abre una nueva etapa profesional. El consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Avilés se dará hoy por enterado del cese del director y muy probablemente sepa el nombre del nuevo, hasta ayer guardado en secreto por el presidente portuario, Santiago Rodríguez Vega, para que sean los consejeros los primeros en conocerlo.

Marín Gallego, titulado en Ingeniería de Caminos, Canales y Puertos por la Universidad de La Coruña, llegó al puerto de Avilés en el verano de 2013 para cubrir la vacante de director, cargo en el que sucedió a Miguel Villalobos, cesado durante el breve mandato del presidente Raimundo Abando. El nuevo ocupante del cargo había desempeñado el cargo de jefe del área de explotación de la Autoridad Portuaria de Vigo. Precisamente, con el traslado al puerto de Valencia volverá a las funciones propias de la jefatura de explotación, si bien la dimensión de los muelles valencianos superan con creces a las de sus anteriores destinos: el de Valencia es el quinto puerto con más tráfico comercial de Europa, siendo también el mayor operador de contenedores de España y de la cuenca del Mar Mediterráneo; su capacidad de tráfico anual es de alrededor de 64 millones de toneladas (el de Avilés mueve de media 5 millones anuales de toneladas).

Marín Gallego llegó al puerto de Avilés "bendecido" por la facción más crítica del consejo de administración -la que forman las organizaciones sindicales-, que había planteado como imprescindible para dar su visto bueno al nombramiento la elección de un técnico reputado, no vinculado de forma llamativa con la política, con experiencia en el sector portuario y con "sensibilidad industrial". La tarjeta de presentación de Rubén Marín y la experiencia que había acumulado en un puerto al servicio de una ciudad fabril como Vigo le valieron para pasar el filtro.

Según trascendió con posterioridad a su fichaje, el presidente de la Autoridad Portuaria le dijo al candidato a director en la primera toma de contacto que tuvieron que en su agenda de trabajo debería marca en rojo un objetivo: mejorar las condiciones ambientales en el entorno portuario, algo que dicho hace siete años sonaba a revolucionario. Los frutos de esa estrategia comenzaron a recogerse un lustro más tarde y aún siguen: han cambiado los métodos de trabajo con minerales pulverulentos, se han implantado protocolos que reducen las emisiones a la atmósfera, se han instalado pantallas antipolvo así como sistemas de riego y gestión de residuos.

Rubén Marín Gallego fue parte del engranaje de la estrategia ambiental de la Autoridad Portuaria de Avilés, pero ha desarrollado más cometidos. A su llegada estaba en marcha la segunda fase de las obras de ampliación del muelle de Valliniello y le tocó supervisar la finalización, así como la dotación de medios mecánicos y la apertura a los barcos. En la misma margen de la ría, la derecha, el director del puerto tuvo trabajo con la conexión ferroviaria pensada para hacer posible la entrada de trenes de mercancía a los muelles. Y como herencia a su sucesor, Marín Gallego lega el proyecto de digitalización de los procesos portuarios, el plan conocido como "Smart Port" y basado en aprovechar el uso de la tecnología para mejorar y modernizar el transporte marítimo.

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