El presidente de Nueva Rula de Avilés, Santiago Rodríguez Vega (que también lo es de la Autoridad Portuaria de Avilés) planteó hace ahora un año, al juzgar el resultado económico positivo que logró la lonja en 2018 (138.513,5 euros), que las perspectivas de la principal plaza pesquera de la región eran "ligeramente más optimistas" para 2019. Y acertó de lleno, porque una vez conocidos ayer los datos de ingresos por venta de pescado del año recién finalizado resulta que son los mejores desde que la instalación abrió sus puertas en 2009: 38.375.661 euros facturados. El mejor año de la serie histórica hasta el momento había sido 2017, el único en el que también se rebasó el techo de los 38 millones, si bien en aquella ocasión solo por 80.000 euros.

El nuevo récord de comercialización se logra, además, un año en el que ha descendido ligeramente (en comparación con el antecedente) la cantidad de kilos comercializados: 12.494 toneladas en 2019 frente a 12.544 en 2918, un 0,4 por ciento. Esto indica que el valor medio del tipo de pescado subastado en la lonja de Avilés fue mayor durante el año pasado.

La rula avilesina se ha resentido especialmente del descenso de ventas de tres especies muy importantes para la buena marcha del negocio: la merluza, la xarda y la bacaladilla. El principal impacto negativo fue el de la bacaladilla, de la que se pusieron a la venta 1.343 toneladas, un 37,6 por ciento menos que en 2018, año en el que se vendieron en el puerto pesquero local 2.153 toneladas. Las menores ventas de merluza y xarda apenas fueron significativas (50 y 80 toneladas respectivamente), pero la mala noticia es que estas especies siguen muy lejos de aportar a la rula de Avilés las buenas cifras de desembarcos de hace, por ejemplo, cinco años. En el caso de la merluza, el problema es la decadencia de la pesquería iniciada hace unos tres años; respecto a la xarda, su costera acusa el golpe de la reducción de cupos y, para colmo, la penalización que sufre la flota asturiana en el reparto del mismo entre las diferentes comunidades autónomas del Cantábrico.

Por contra, aumentó el número de kilos de bonito subastado (390 toneladas más), bocarte (igualmente 390 toneladas más) y chicharro (290 toneladas más). Otras de las especies que más abundaron en la rula fueron el gallo, el pixín y el congrio.

En el conjunto de las rulas asturianas, las descargas de pescado totalizaron 20,99 millones de kilos en 2019, una tarta a la que Avilés aportó el mayor trozo: 12,49 millones de kilos. Esto supone que la rula de Avilés concentra el 59,5 por ciento del valor comercial de la pesca fresca subastada en puertos de la costa asturiana. El porcentaje mejoró durante 2019, pues el año anterior fue del 56 por ciento. Aún así, todavía queda lejos aquellos años en los que el puerto pesquero de Avilés tenía un peso de hasta el 70% en la comercialización de la pesca regional.