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Picasso estampa su huella en Avilés

La muestra del año en el Centro Niemeyer, que permite ver los mejores grabados del genio malagueño, genera una gran expectación

Picasso estampa su huella en Avilés

"Geneviève Laporte era una jovencita que le hizo una entrevista a Picasso cuando ella tenía 16 o 17 y, como seis o siete años después, fueron amantes durante el período en que vivió con Françoise Gilot", cuenta Marisa Oropesa, la comisaria de la exposición "Grabados eternos" que acoge la cúpula del Niemeyer hasta el próximo día 31 de mayoEl artista malagueño hizo una docena de ilustraciones para un libro de Geneviève Laporte. La serie entera se llamó "Les Cavaliers d'Ombre". "Aquí, en el Niemeyer, la tenemos completa", añade la crítica de arte. Lo que pasa es que los dibujos grabados "aparentemente" tienen poco que ver con los poemas. Por eso viven ahora ajenas, sin los versos de la mujer que acompañó al anciano artista en la décda de los años cincuenta. "Su historia en común se conoció relativamente hace poco tiempo", apunta Oropesa.

Pero las huellas grabadas de Picasso son más abundantes en la muestra que se inauguró el jueves pasado en Avilés. Las paredes de la semiesfera del complejo cultural de la ría cuenta un centenar superado de muestras artísticas que son preludios de temas que desarrollaría a lo grande en los lienzos posteriores y que también son homenaje a amigos, mujeres y amantes del artista. "Y también a sí mismo", apuntó la responsable de la muestra unas horas antes de la inauguración oficial, a la que acudió más de un centenar de visitantes.

En el Niemeyer celebraron el éxito en las primeras horas de la muestra. Y es natural: los visitantes quedaron fascinados ante los grabados y así va a seguir ocurriendo hasta mayo próximo. Seguro. La de Picasso es la muestra del año en Avilés.

La técnica del grabado tiene medio milenio de historia. Oropesa coloca a Picasso entre los cuatro grabadores más importantes de la historia: "El primero del siglo XX". Los grabados son el resultado de una impresión que se realiza a partir de una matriz que, en el caso de Picasso, "era de cobre". El artista modificó la placa para, tras bañarla en tinta, proceder a imprimir en papel el dibujo marcado, la huella de su arte. Eso hizo con la serie dedicada a Laporte, pero también con la recreación sexualizada del "Entierro del Conde de Orgaz" y, sobremanera, con la "Suite Vollard", que empezó a componer el artista a instancias del marchante Ambroise Vollard hace nueve décadas.

"Lo que hizo Picasso fue hacer dos formatos de la 'Suite Vollard': uno grande, del cual hay cincuenta ejemplares, y otro un poco más pequeño, del que hay doscientos cincuenta", señala Leyre Bozal, que es la conservadora de las colecciones artísticas de la fundación Mapfre, la institución propietaria de buena parte de las piezas que están colgadas en el Niemeyer.

"Casi todas las series de formato pequeño no están completas, pero la nuestra sí", añade Bozal. "La encontramos hace once años tras buscarla durante mucho tiempo. Te la vendían a trozos: cincuenta grabados aquí, veinte allí", desveló la conservadora de una fundación que basa su trabajo en la difusión de arte español en papel. "Siempre hemos tratado de desentrañar la modernidad en nuestro país", aclara Bozal. "Cómo los artistas españoles caminan a la vanguardia sin abandonar la tradición", añade.

Los cien grabados de la "Suite Vollard" de la fundación Mapfre sólo se pueden ver en público una vez al año. "Lo que organizamos en nuestra fundación son exposiciones temporales. No tenemos un museo para nuestras propias colecciones. Normalmente, están en nuestro almacén o itinerando. La 'Suite Vollard' es muy delicada: no puede estar expuesta más de tres meses y luego tiene que descansar más o menos un año. Ha estado en Oporto el verano pasado, y un año antes, en Puerto Rico. "Cada vez que llegan a la fundación se desenmarcan y se meten en sus planeros con la luz apagada", explica la conservadora.

Las otras series que salieron del cobre y se convirtieron en oro también están completas, pero proceden de colecciones particulares, como la que produjo para Geneviève Laporte o para Rafael Alberti. "Los dos eran muy amigos y camaradas comunistas: es un estudio de uno de los cuadros más famoso del Greco, un estudio muy particular", explica Oropesa. "Picasso vivía intensamente el grabado", añade. "Me hacía mucha ilusión que estuviera en el Niemeyer", concluye. Hasta mayo, Picasso dejará huella en Avilés.

Grabados, hasta finales de mayo

La muestra de Picasso está abierta hasta el próximo 31 de mayo. Cuenta con una de las pocas series completas que existen de "Suite Vollard", los doce grabados de "El entierro del Conde de Orgaz", los nueve de "Les Cavaliers d'Ombre" y cuatro retratos más.

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