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Apuntes de actualidad municipal

La onda expansiva de la bomba del Conservatorio

Demostración de diferentes instrumentos en el Conservatorio. R. SOLÍS

La crisis directiva del conservatorio "Julián Orbón" era una bomba de relojería que permanecía oculta bajo las alfombras de la planta noble del ayuntamiento y que ha estallado con consecuencias impredecibles. La gestión del centro cultural encadena durante el último lustro una decena de pleitos y una sarta de polémicas políticas. Y es, además, un tablero de juego en el que las fichas no paran de moverse. El Partido Popular, que se mantuvo en un discreto segundo plano en el mandato anterior en este asunto, se ha convertido en azote del gobierno socialista y sopesa llevar a los tribunales todo el procedimiento de contratación del director o jefe de servicio del conservatorio. Izquierda Unida, que había llevado la voz cantante en las críticas a la gestión del centro, guarda silencio ahora para sorpresa de los suyos. Cambia Avilés (CA), el grupo municipal que conforman Podemos e IU, no hace ruido. Pero el barullo está dentro. El conservatorio ha puesto a prueba la armonía dentro de la confluencia y ha desencadenado la primera fractura interna.

El conservatorio "Julián Orbón" es un centro de enseñanzas musicales profesionales. El Ayuntamiento gestiona sus docentes, pero los aspectos curriculares corresponden al Principado. Izquierda Unida de Avilés viene reclamando desde hace ya unos cuantos años que el Principado asuma la gestión de la escuela musical. Fue el único partido que hizo verdadero ruido en ese asunto. Los sucesivos gobiernos socialistas fueron calmando las aguas y pidiendo mesura en el debate político en torno al centro. Hasta ahora, solo IU había alzado la voz de manera audible.

"Exigimos al Principado que cumpla con su obligación y se haga cargo del conservatorio, acabando con el agravio comparativo con que se trata a Avilés respecto a Oviedo y Gijón", repetía una vez más en septiembre de 2016 el entonces portavoz de IU, Alejandro Cueli. Junto a la concejala Llarina González (ahora concejala de CA), pedía que el Principado aportara los 1,3 millones de euros que cuesta a las arcas municipales mantener abierto el conservatorio.

Esa exigencia llegó en un momento especialmente conflictivo, con el nombramiento del nuevo director (Carlos Galán) sometido a las críticas de parte de la oposición y con la amenaza del recurso judicial de la anterior directora para mantenerse en el puesto. "El 'Julián Orbón' está en peligro, sin batuta política, y el nombramiento del nuevo director ha sido un concurso 'modelo Soria' (por el exministro José Manuel Soria, propuesto por aquellos tiempos como alto cargo del Banco Mundial por el Estado)'", decía IU entonces. Hablaba abiertamente de "dedazo" con el nombramiento de Galán. Somos (marca local de Podemos) fue tibio en ese debate. Fuentes próximas a Podemos aseguran que se había llegado a una especie de pacto "sotto vocce" con el gobierno (PSOE) para no hacer daño al centro musical, la misma situación que se dio en el Partido Popular. "Había una especie de pacto de no agresión. El mensaje del gobierno era claro: el conservatorio es de interés general, se hicieron cosas mal pero no fue con mala intención. Por eso no hicimos ruido con el conservatorio en el mandato anterior", sostiene un exconcejal del PP.

Ese pacto político de no agresión saltó por los aires con la negociación que mantuvo el gobierno socialista con los grupos de la oposición el pasado otoño, en este nuevo mandato, para la creación de una plaza de jefe de servicio, cuando ya se estaba a la espera de que el TSJA ratificase que Galán no podía continuar al frente del centro en comisión de servicio.

La llegada a Pleno de la creación de esa plaza se retrasó tres meses tras no haber conseguido el PSOE los votos suficientes para aprobarla, tras haber negociado con Cambia una propuesta que partió de la confluencia. El PSOE sacó finalmente la plaza de jefe de servicio adelante en enero con las abstenciones de Ciudadanos y Vox. Los cinco concejales de Cambia escenificaron unidad votando en contra, pero hasta el último minuto estuvo sobre la mesa el voto diferenciado. Y es que hubo en Podemos quien fue muy proclive a llegar a un acuerdo con el PSOE.

Aquellas negociaciones otoñales cabrearon al resto de grupos de la oposición, pero sobremanera a la popular Esther Llamazares, a la que el gobierno le negó la propuesta de acuerdo que desveló este periódico. El PP (USIPA aparte) se ha convertido en el azote del PSOE sobre el conservatorio. Fueron los populares los que presentaron el 14 de febrero un recurso de reposición contra el acuerdo plenario por el que se aprobó la creación de la plaza de jefe de servicio y analizan ahora con sus servicios jurídicos la "posibilidad de llevar a Fiscalía" la sucesión de contrataciones del profesor de piano Carlos Galán. "El conservatorio está en una situación ilegal y sin director", incidió hace unos días Llamazares, que también ha llegado a pedir que el Principado se pronuncie sobre los pasos que están adoptando los socialistas para dotar de "estabilidad" al centro.

En el PSOE transmiten aparente tranquilidad. No parecen preocupados por la investigación abierta a la concejala de Cultura, Yolanda Alonso, por una presunta prevaricación administrativa ni por si acabará también judicializado el reparo de Intervención que levantó la alcaldesa Mariví Monteserín para mantener a Carlos Galán en la jefatura del conservatorio con una adscripción provisional de funciones. "Todos los pasos que se han dado tienen informes favorables", se autoconvencen los socialistas. Pero la procesión va por dentro. Mientras, la bomba política que supone la retorcida situación jurídica del conservatorio sigue haciendo tic-tac.

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