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Las entidades sociales buscan reforzar el voluntariado ante un rebrote del virus

Cáritas hace un llamamiento a la colaboración de los más jóvenes: "Ahora, muchos que ayudan, mayores, no pueden estar en primera línea"

Vicente Pañeda y Sonia Artime, ayer, en la Casa Balsera, en Sabugo. RICARDO SOLÍS

El 50 por ciento de los voluntarios que cada día colaboran con Cáritas tiene más de 65 años, según los datos que maneja la ONG de la Iglesia a nivel nacional. Los números se pueden extrapolar a Avilés, donde ayer la entidad hizo un llamamiento a los más jóvenes con el objetivo de reforzar los equipos de ayuda de cara a un posible rebrote del nuevo virus, que ha dejado maltrechas las economías de muchas familias de la comarca. La misma situación se repite en otras entidades sociales. "En un tiempo próximo habrá una reestructuración de estos equipos, es una necesidad emergente", avanzó Vicente Pañeda, arcipreste de Avilés. Y es que la avanzada edad de los voluntarios, considerada factor de riesgo ante el coronavirus, unida a que otros muchos colaboradores más jóvenes conviven con personas vulnerables, ha obligado a Cáritas a buscar sobre la marcha y con éxito nuevas fórmulas de atención con "cero riesgo", como las videollamadas. Pero temen un posible rebrote y quieren estar preparados con voluntarios "en primera línea". De ahí el llamamiento a los más jóvenes, a los que ofrecen cursos de formación online. Actualmente la entidad suma 183 colaboradores.

Y es que desde Cáritas están temerosos por lo que "pueda venir ahora", según Sonia Artime, coordinadora de Cáritas Arciprestal de Avilés. "Hemos logrado controlar la emergencia en el arciprestazgo de Avilés, pero nos preocupa lo que puede ocurrir a partir de este momento", reiteró, al tiempo que valoró la coordinación con Servicios Sociales y el trabajo de técnicos, voluntarios y también sacerdotes en los últimos meses. Pañeda coincidió en los halagos: "Los técnicos de Cáritas supieron estar a la altura de las circunstancias", sentenció el arcipreste.

Los números dan fe del trabajo desarrollado por los profesionales de Cáritas. Solo durante los meses de marzo y abril, los técnicos trabajaron con 420 familias, de las cuales 84, que suman 201 personas, acudieron en este tiempo por primera vez a la ONG de la Iglesia. El perfil, según Pañeda, lo dibujaron familias con hijos a su cargo y hogares unipersonales. "Se incrementaron los hogares con otro tipo de parentesco: familias reunificadas, con amigos...", explicó el arcipreste avilesino.

La mayoría de los que solicitaron ayuda durante las peores semanas de confinamiento eran españoles. En estos meses, Cáritas invirtió en el arciprestazgo de Avilés un total de 40.560 euros, de los cuales 7.880 se destinaron a ayudas, principalmente para la compra de alimentos a personas que hasta entonces nunca habían contactado con la ONG. La entidad también trabajó con menores y con sus familias durante el estado de alarma, según destacaron las técnicas del colectivo Carmen Gutiérrez y Saray Rodríguez.

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