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Astronautas que juegan en el aula

Llaranes y el Marcelo Gago adaptan sus materias al estudio del universo y retratan imágenes de la Tierra vía satélite

La profesora Isabel Pardo, en primer término, en plena sesión espacial en el Marcelo Gago. R. Solís

Recorrer el mundo en 250 disparos desde el espacio. Alumnos del colegio de Llaranes y del Marcelo Gago no se preguntan cómo será la Tierra desde el espacio porque ya lo han hecho. La han fotografiado. Y se han quedado con las imágenes. En sus retinas, pero también en papel. El alumnado ha estado trabajando mirando hacia el espacio gracias al acceso a una cámara situada en un satélite de la Nasa, a través de la Universidad de San Diego, California, en la llamada misión 72 de Sally Ride. Entre otros lugares, han retratado la isla Kanguro, en Australia, y la costa de Namibia, en África y muchas más como la isla Tristán de Acuña que es el lugar habitado más alejado y situada en mitad del océano Atlántico.

La actividad de ayer se centró en la conferencia telemática de #EllasInspiran Stem, en la que la ingeniera industrial Elena Álvarez y la licenciada en Ciencias Ambientales, Carmen Botella, impartieron una charla para animar, sobre todo, a las niñas a entrar en la agencia espacial. Todo ello forma parte del programa de innovación de la consejería de Educación, en el que se encuentra inmersos ambos centros avilesinos, desde los más pequeños hasta los de su último curso, de “colonización espacial”.

En el Marcelo Gago llevan tres años con actividades vinculadas con el espacio, con la agencia espacial internacional y la agencia europea. Es más, el proyecto en concreto se llama “Detectives climáticos” y consiste en la instalación de una estación medioambiental capaz de medir el dióxido de carbono, el viento y un pluviómetro para las lluvias y todo ello vinculado al espacio, a las estaciones meteorológicas, a los satélites y a la agencia espacial europea.

En ambos centros la imaginación del alumnado vuela por otros planetas y estrellas y mientras aprenden nociones básicas del espacio y su entorno y aplican esos conocimientos a otras materias. “En Educación Física, por ejemplo, realizan entrenamientos como si fueran astronautas”, explica Javier Sarasola, director del Marcelo Gago, que trabaja con sus alumnos en el diseño de módulos 3D de otros planetas y “misiones a nivel europeo”. “Están muy motivados con este proyecto, reinventamos la clase con contenidos sobre el espacio y teniendo el libro de clase como apoyo,... estamos programando la carrera espacial internacional”, añadió Sarasola mientras los pequeños atendían a las explicaciones de Elena Álvarez y Carmen Botella. “Iba a durar una hora y ya ha pasado hora y media, y no paran de hacer preguntas”, abundó.

En el colegio de Llaranes, David Artime, su director, explicó que con el desarrollo de este programa educativo sobre el espacio “no necesariamente” los alumnos de su centro “serán los astronautas del futuro”. “Lo que se intenta transmitir es que cualquier perfil profesional, desde abogados a médicos y biólogos hacen falta en la Nasa”.

Artime defiende que con este tipo de experiencias en el aula “el alumnado adquiere una visión más real, donde pueden hacer la fotografía y tener su propia perspectiva de la Tierra”. Y continuó: “En el espacio no existen ni dimensiones ni disciplinas: todos los profesores tienen un usuario en la aplicación que da acceso a la cámara de la Nasa. Es un recurso, una herramienta. Sirve para los de ciencias, pero también para los de arte o lengua. No tiene sentido encasillarlo”.

El proyecto espacial de ambos centros “es a largo plazo” porque el objetivo es llegar lo más lejos posible. “El espacio es un tema que gusta mucho al alumnado”, reconoce Sarasola. Los pequeños están encantados tomando imágenes desde el espacio y analizando el entorno del lago Titicaca o el Malawi desde su centro educativo. “Somos la agencia espacial escolar asturiana”, apunta el director del Marcelo Gago.

Y mientras tanto, toca estudiar la Tierra, admirarla desde el espacio y fotografiar esos rincones inhóspitos para seguir aprendiendo y velar por el cuidado del planeta.

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