Valentín Escobar, que hasta la semana pasada estuvo al frente de la compañía de la Guardia Civil de Saldaña, en el oeste de la provincia de Palencia, se hará cargo del cuartel de la comarca después del próximo puente de la Constitución. Mandará en la comarca de Avilés, concretamente, a partir del día 9 de diciembre. Sustituirá de este modo al capitán Mariano Revuelta, que pasó a la reserva el 31 de enero y que ahora está destinado en Gijón como capitán ayudante.
El capitán Escobar, que nació en Teverga, cambia ahora el medio rural de la comarca de La Vega –la de Saldaña o Carrión de los Condes– por un acuartelamiento activo en la ciudad y que también teje sus hilos en los concejos rurales que centrifuga Avilés y es que los guardias avilesinos atienden los municipios de Avilés, Candamo, Soto del Barco, Castrillón, Gozón, Llanera, Corvera e Illas; además del Puerto de Avilés, el Aeropuerto de Asturias y el centro penitenciario de Villabona.
Escobar conoce de sobra su nuevo ámbito de trabajo: fue teniente en Avilés antes de marchar a la provincia de Palencia, lo fue, de hecho, del capitán Revuelta, su antecesor en el cargo. Marchó destinado a la comarca de La Vega en febrero de 2016, es decir, en 2021 habría cumplido cinco años en medio de Castilla. “Llevo 40 años en la Guardia Civil en destinos como el País Vasco, Valencia o Ibiza, y en ningún sitio se tiene el cariño y el aprecio que demuestran los palentinos a la Guardia Civil”, declaró el capitán Escobar al “Diario Palentino”.
El acuartelamiento de Avilés cuenta con más de un centenar de guardias. Los puestos principales son los de Piedras Blancas (La Castañola) y Salinas, además de Cancienes.
Mariano Revuelta, en la última entrevista que hizo con LA NUEVA ESPAÑA, explicó el campo de operaciones de Avilés: “Ahora los delitos en la red tienen mucha presencia. Aproximadamente, suponen el 60 por ciento del total. Hoy en día todo se mueve a través de la red. Las denuncias de unas vacaciones que se reservan a través de internet o un problema con una compra online acaban teniendo esta consideración. De las estafas tradicionales quedan cuatro: las del revisor del gas y la estampita, que a veces repuntan, pero que ya sólo le hacen a gente mayor. Lo que la gente tiene que tener muy clara es una cosa: hay que tener cuidado, nadie puede esperar comprar un Ferrari por 1.000 euros”, advirtió.
El diagnóstico de Revuelta lo completó con estas palabras: “En el último año hemos tenido un ligero repunte en casos de malos tratos. Afortunadamente, estamos en continua colaboración con el Juzgado de Violencia sobre la mujer y con la Policía y considero que lo estamos gestionando bien. Por contra, otros, como la sustracción de vehículos que aumentaron en ejercicios anteriores, se redujeron”.
