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El patrimonio documental de la ría de Avilés, a salvo

La Escuela de Arte recupera documentos históricos de la Autoridad Portuaria que sufrieron inundaciones en su antigua sede

Por la izquierda, Emilio García, Soraya Andrés, María José Velasco y Cristina Fernández, con los documentos restaurados sobre la mesa. Mara Villamuza

La historia del puerto está en fase de recuperación. Planos y documentos sobre los primeros pasos para la canalización de la ría sufrieron innumerables daños en la antigua sede de la Autoridad portuaria, en la calle del Muelle. Pasaron varias inundaciones y las consecuencias de las pleamares acabaron con parte del archivo histórico. El que resistió está ahora en manos del área de Restauración de la Escuela Superior de Arte del Principado de Asturias (ESAPA) para, precisamente, recuperarlo y tratarlo. El centro ha mimado cuatro de esas carpetas de documentos mediante el tratamiento de anoxia, es decir, la eliminación del oxígeno y desinfección del ataque de microorganismos generados tras las humedades, una pieza clave para el mantenimiento de estos elementos y su posterior digitalización. El proyecto en sí está centrado en documentos del proceso de canalización de la ría, desde mediados del siglo XIX (1858) hasta principios del XX (1919). Este trabajo forma parte del acuerdo de colaboración entre la Autoridad Portuaria y la ESAPA.

“El equipo permite generar atmósferas artificiales y controla la huedad”, explica María José Velasco, jefa del departamento de restauración, nada más mostrar las piezas tras el tratamiento de eliminación de anoxia. “El ataque de los microorganismos produce pigmentos en los documentos”, añade momentos antes de que la profesora Cristina Fernández, bióloga y del departamento científico-tecnologico, avanza que algunos de esos microorganismos eran hongos “como el estafilococos aureus que puede producir dermatitis, por eso no se puede manipular sin guantes”.

La docente María José Velasco muestra uno de los documentos tras el proceso de anoxia. | Mara Villamuza

Los documentos a restaurar son de diversos materiales: papel, textil y fotografía que “tiene un mayor aguante por el tipo de papel”, indica la docente Soraya Andrés. También los hay de tinta y metaloácidos, “que es capaz de perforar el documento” y un plano impreso en cianotipia “que está impecable”. “Prima la conservación a la intervención, las vicisitudes hay que respetarlas, no es una labor estética sino que la restauración de documentos sirva, en este caso, para ser manipulados por un técnico antes de su digitalización para su posterior consulta”, coincidieron las docentes.

Junto a ellas, Cristina Fernández aprovechó la ocasión para recordar al Principado la solicitud enviada hace años para que el centro pueda impartir un máster de Restauración y Conservación.

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