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Retiran a Tomás Badiola el poder que le permite presidir la cofradía de pescadores de Avilés

La sociedad armadora que facultó al patrón mayor ha decidido dar de baja sus barcos como afiliados de “Virgen de la Mareas”

Una furgoneta de mudanza, ante la sede de la cofradía de pescadores.

El apoderado de la sociedad mercantil Pesquerías Pixuetinas, S. L., Juan Antonio Menéndez Garay, ha notificado a la cofradía de pescadores “Virgen de las Mareas” de Avilés que la empresa ha tomado la decisión de causar baja como afiliada de la corporación pesquera “por motivos internos de gestión”. En consecuencia con esa decisión empresarial, el armador comunica que revoca expresamente las autorizaciones y apoderamientos que había concedido en el pasado para actuar en su nombre y representación en el ámbito de la cofradía pesquera avilesina y más concretamente los otorgados a Tomás Badiola a efectos de sufragio activo y pasivo; esto es, los que le permitieron concurrir a las elecciones de 2019 y convertirse en patrón mayor, un cargo que llevaba ocupando de forma interina desde 2017.

Esta notificación de las voluntades de Pesquerías Pixuetinas, S. L. ha tenido que ser enviada por burofax a la cofradía de pescadores de Avilés toda vez que el intento de registro formal de la misma, llevado a cabo por un exmiembro del cabildo pesquero, no se pudo materializar dada la negativa de los responsables de la entidad a dar entrada al documento donde el armador comunica a la junta general de “Virgen de las Mareas” las decisiones tomadas por su empresa.

Una vez retirado el poder de representación de una sociedad pesquera que ostentaba Tomás Badiola, técnicamente el patrón mayor queda incapacitado para ejercer el cargo, pues estatutariamente es imperativo que el patrón mayor sea o trabajador del mar (parte social) o armador (parte patronal). De hecho, para que Badiola pudiese concurrir en 2019 a las elecciones de las que salió investido presidente de “Virgen de las Mareas” tuvo que convertirse primero en representante de una empresa pesquera, en su caso a través del poder recibido de la sociedad Pesquerías Pixuetinas.

Tomás Badiola. Lne

Aquella maniobra resultó muy polémica en su día, pues la candidatura alternativa alegó que Badiola –trabajador administrativo de “Virgen de las Mareas”– incumplía el requisito de ostentar una antigüedad de dos años como socio de la cofradía, amén de no tener historial como pescador o armador. No obstante, esas alegaciones no prosperaron y Badiola resultó elegido presidente de la cofradía de pescadores de Avilés lográndose cerrar con su nombramiento un periodo muy convulso de puertas adentro que provocó la constitución de una gestora y el encadenamiento de tres presidencias diferentes en pocos años.

Tomás Badiola accedió a la presidencia de “Virgen de las Mareas” de Avilés en 2017 en sustitución del dimisionario Fidel Álvarez Garaot y su llegada al cargo, por la forma que se produjo, sacudió las bases de la entidad por la falta de reputación y de ocupación en el sector pesquero de la persona elegida para ocupar el cargo, por el “oscurantismo” que según se denunció en su momento rodeó el nombramiento y por el incumplimiento, en aquel preciso momento, del precepto estatutario de la debida pertenencia de Badiola a la junta general de la Cofradía. Tras el proceso electoral de 2019, Badiola quedó acompañado en la directiva, entre otros, por Julio César Suárez (vicepresidente primero en representación de la parte social del sector pesquero) y por José Ignacio Santiago (vicepresidente segundo en representación de la parte empresarial).

La retirada de poderes a Badiola abre dos posibles escenarios, según fuentes pesqueras y jurídicas consultadas ayer por este diario: que la directiva de “Virgen de las Mareas” se enroque y continúe adelante hasta las elecciones a celebrar en 2023 o que dimita para que unos comicios anticipados renueven los órganos de la sociedad. En el primero de los casos es más que probable que el colectivo de socios crítico con la gestión de la cofradía solicitase a la dirección general de Pesca la intervención administrativa de la sociedad para nombrar una gestora que se haga cargo de la misma en la presunción de que existe un vacío de poder.

Inicio del traslado de enseres hacia una nueva sede que se conocerá “próximamente”

A menos de 24 horas para que se agotara el plazo dado por la Autoridad Portuaria de Avilés a la cofradía de pescadores “Virgen de las Mareas” para abandonar los locales que vino ocupando durante tres décadas en el edificio de la antigua rula, la entidad pesquera aprovechaba este tiempo para hacer mudanza. Ayer comenzó el traslado de enseres, material de oficina y archivos a un lugar que, de momento, la cofradía no quiere revelar. La entrega de llaves debería realizarse hoy mismo. Según el presidente, Tomás Badiola, la comunicación de la nueva sede se hará “próximamente”.

La marcha de “Virgen de las Mareas” es consecuencia de la expiración de la concesión administrativa que disfrutaba en el muelle pesquero. Oficialmente, la causa alegada desde el Puerto es que necesita esos espacios para acomodar más dignamente a los destacamentos portuarios de la Policía Nacional y a la Guardia Civil. Ni siquiera una última petición de gracia enviada días atrás por el presidente de la cofradía, Tomás Badiola, ha surtido efecto: las puertas del puerto se cierran para la cofradía.

Badiola, al habla con este diario vía telefónica, lamentó el “poco tiempo” que el Puerto ha dado para hacer el traslado a una nueva sede: “Han sido 35 años ocupando estos locales y es mucho lo que hay que sacar de ellos. Lamentablemente, los rectores del Puerto no muestran la menor piedad”. Este del desalojo es un episodio más de un agrio culebrón iniciado cuando se inauguró en 2009 la nueva lonja de pescado y el PSOE –al mando de las administraciones competentes en la materia– decidió quitar la gestión de ese equipamiento a la cofradía. Desde entonces, los encontronazos han sido muchos y sonados y la parte que más ha salido perdiendo es la cofradía, asfixiada económicamente, falta de apoyo social y ahora, exiliada del puerto.

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