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Ramón Estébanez, director del Enrique Alonso: “La nueva realidad trae más estrés al profesorado, que está siempre en alerta”

“La pandemia nos ha dado un baño de realidad a todos, nos hemos dado cuenta que aún queda mucho por hacer en el tema digital”

Ramón Estébanez, director del colegio Enrique Alonso. Mara Villamuza

Ramón Estébanez es el director del colegio Enrique Alonso, el segundo centro público de Avilés con más alunmnado, tras El Quirinal, con más de cuatrocientos estudiantes.

–¿Qué ha cambiado este año en las aulas?

–La pandemia ha traído importantes cambios en la organización del centro y en las relaciones entre los distintos sectores de la comunidad educativa. Nuestro objetivo principal ha sido y sigue siendo salvaguardar la salud del alumnado, docentes y todo el personal que trabaja en el centro. Lamentablemente la pandemia nos ha obligado a suspender las actividades complementarias fuera del centro así como también todo tipo de celebraciones en el interior del recinto escolar en la que participaba toda la comunidad educativa. También a rebajar el número de otras actividades que tradicionalmente veníamos desarrollando en el colegio. Y, por supuesto, un poco más de frío en las aulas y pasillos. Pero todos y todas sabemos que estos sacrificios tendrán su resultado positivo, soy optimista.

–¿Cómo se está adaptando el equipo docente a las nuevas medidas?

–El profesorado y todo el personal del centro (administrativo, conserje, monitoras de comedor, limpiadoras) han puesto el 200 por ciento de sí mismos y la adaptación a esta nueva realidad ha sido muy rápida. Esta nueva realidad, sin duda, ha traído mayor estrés para el profesorado porque no solo se ha tenido que preocupar de asegurar el aprendizaje del alumnado sino también del bienestar emocional del mismo y el cumplimiento de las medidas sociosanitarias imprescindibles. Le obliga a estar en alerta constante y esto es un desgaste para cualquier persona.

–¿Y los alumnos?

–Nos han dado una enorme muestra de responsabilidad, cumpliendo desde el primer día todas las normas, que eran muchas. El reto era complicado. Hacía muchos meses que el alumnado no pisaba las aulas, que había pasado un confinamiento duro, que no tenía contacto con el resto de compañeros y compañeras y, sin embargo, han sabido canalizar magistralmente sus emociones. Vemos al alumnado feliz y colaborativo, consciente de las necesidades de superar los compromisos adquiridos al principio de curso y que no han sido otros que contribuir entre todos a minimizar los riesgos.

–¿Están preparados para las nuevas formas de educación vía online?

–Lo que ha traído la pandemia, entre otras muchas cosas lamentablemente, es un baño de realidad. Nos hemos dado cuenta, docentes, alumnado, familias y hasta la propia administración educativa que aún queda mucho por hacer en el tema digital. Es cierto que aún nos queda a todos mucho camino por recorrer en este sentido pero lo importante es que hemos iniciado ese camino sin retorno, con ganas, conscientes que no solo es el futuro; ya es el presente. Uno de los problemas más importantes que estamos viendo es la desigualdad de oportunidades, que se abre una importante brecha digital. El centro y las Administraciones Educativas regional y local están colaborando de manera muy importante en minimizar esa brecha digital pero todavía se hace complicado porque los recursos son limitados. Pero quiero ser optimista en este sentido.

–¿Cómo está siendo la colaboración con las familias en este proceso?–

-Tengo que agradecer a todas las familias el gran esfuerzo de adaptación y su colaboración con el equipo directivo y los equipos docentes. Desde la primera reunión de curso, han dado grandes muestras de confianza en el centro y de respeto y cumplimiento de las normas establecidas. La relación de las familias con el profesorado está siendo muy cercana, muy directa, haciendo un gran esfuerzo para ponerse al día en la competencia digital y poder así colaborar en el seguimiento educativo diario de sus hijos e hijas. En definitiva, una gran responsabilidad, colaboración, empatía y sentido del deber que la dirección de este centro agradece de manera efusiva.

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