El 2020 estaba llamado a ser de “récord” en cuanto a cruceros en Avilés. La Autoridad Portuaria tenía anunciadas nueve escalas y no se materializó ninguna: el coronavirus se cebó con el turismo, en general, y con el de los cruceros, en particular. La previsión era retomar la actividad este 2021 y a lo grande: el Puerto tenía en agenda la visita de cinco embarcaciones con un total de nueve escalas hasta el 1 de noviembre, pero ya se han suspendido las tres primeras: la del “Bolette” (barco que sustituye al veterano “Boudicca”) del 12 de abril, la del “Braemar” del 23 de mayo y la del “Borealis” (sustituye al ferry ya retirado “Black Watch”) del 24 de junio. ¿La razón? La pandemia, con doble hándicap en Avilés: la mayoría de los navíos que amarran en los muelles avilesinos procede del Reino Unido.
Ante esta situación, la Autoridad Portuaria estima que el primer barco de cruceristas que podrá recalar en la ciudad será el “Braemar”, el 23 de agosto, en plena semana grande de San Agustín. La esperada llegada de cruceristas pende de un hilo, no solo en Avilés, sino a escala nacional: “Se están buscando acuerdos con sanidad a nivel estatal, porque si para nosotros, con nueve escalas, es importante, para otras comunidades lo es aún mucho más”, explicó la directora comercial del Puerto de Avilés, Elvira Fernández, que espera que los ferris regresen a la ría. “La previsión que tenemos es esta, pero la realidad será otra diferente: a día de hoy no están navegando, así que todo dependerá de la evolución de la pandemia”.
Tras el “Braemar” se espera al “Borealis” (2 de octubre) y al “Crystal Endeavor”, el día 6. Con el “Braemar” cerrará también el año de cruceros, de acuerdo con un calendario que, desde el Puerto, matizan que no es fijo: el ferry recalará en Avilés los días 25 de octubre, 1 y 3 de noviembre. De cumplirse las previsiones, Avilés recibirá algunos cruceros casi de estreno: Fred Olsen Cruise Lines confirmó el pasado agosto que el “Boudicca” y el “Black Watch” iban a ser retirados y sustituidos por el “Bolette” y “Borealis”, barcos adquiridos por la compañía a Holland America Line, y que incrementan la capacidad de pasajeros de la compañía en un 30%, según una publicación de “cruisesnews.es”, especializada en la industria de cruceros. Avilés entró por la puerta grande en el mapa mundial de los cruceros. Ocurrió un 2 de mayo de 2012, cuando el «Braemar» enfiló la bocana de la ría y bautizó el turismo de cruceros en la ciudad. Ahora no hay más que hacer una búsqueda en internet para comprobar cómo la ciudad aparece ya como destino crucerístico en buen número de páginas especializadas en este tipo de turismo, también castigado por la pandemia por el nuevo coronavirus.
La importancia que ha adquirido Avilés en los últimos años como escala de grandes embarcaciones se explica en números: el Puerto recibió en 2019 –última estadística posible, pues en 2020 no hubo cruceros– 4.544 cruceristas, un 129 por ciento más que en 2018; mientras que el de Gijón redujo a casi la mitad, un 46,5 por ciento de este tipo de turistas, hasta 15.388. Entonces el puerto avilesino recibió seis cruceros, dos más que en 2018, mientras que el de Gijón recibió 18. Ahora, el sector de los cruceros se está reactivando gradualmente, aunque de manera muy limitada, ya que la expansión del covid-19 y las restricciones de viajes en muchos países obligan a las navieras que han vuelto a operar en Europa a continuas revisiones de sus programaciones. Además, tienen que cumplir unos protocolos sanitarios muy exigentes que, entre otras medidas, limitan su capacidad de pasajeros a bordo, por ejemplo, a un máximo del 60 % en el caso de Canarias, cuyo Gobierno autonómico autorizó a finales de 2020 a algunas compañías a operar en el archipiélago.
Los primeros ferris empezaron a navegar a mediados de junio en Alemania y, más tarde, en países como Italia, Grecia o Malta. Actualmente hay unas diez navieras, entre marítimas y fluviales, que han retomado su actividad en Europa. La previsión es que a partir de agosto algunas visiten Avilés.
