La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Las monitoras del niño ahogado en Soto del Barco: “Estábamos vigilando desde un alto, no en hamacas”

Los sanitarios ratificaron que el pequeño había fallecido cuando llegaron | “Es el inicio del fin del proceso para dar un portazo definitivo”, asegura el entorno del pequeño Izan Álvarez

La directora de la granja escuela de Riberas, en el centro, a su llegada a los juzgados avilesinos. | Mara Villamuza

“Es mentira que las monitoras estuvieran en una hamaca, estaban en un sitio alto viendo a los muchos niños que había”. Esa afirmación es de Pedro Torres, abogado de una de las monitoras de la granja escuela de Riberas (Soto del Barco) acusada de un delito de homicidio imprudente por el fallecimiento por ahogamiento en la piscina del pequeño Izan Álvarez de cinco años en el verano de 2017. El letrado fue a más y, siguiendo las indicaciones de su defendida, apuntó que “no se sabe cómo el niño cayó” al agua y que los pequeños estaban jugando a lanzarse pelotas y “él la cogió”. “El niño ya era capaz de ponerse solo el bañador”, agregó el letrado, momentos antes de iniciarse la segunda sesión del juicio en el Juzgado de instrucción número 2 de Avilés.

La vista oral se centró solo en pruebas testificales, alguna de ellas por videoconferencia. La primera fue de una de las trabajadoras de la granja escuela. “Intenté reanimarle”, señaló la empleada, que fue una de las primeras personas en atender e intentar salvar la vida del pequeño instantes antes de que llegaran dos sanitarios, una médico y un enfermero, del centro de salud de Soto del Barco.

La primera en declarar en sede judicial fue la médico e instantes después, lo hizo el enfermero. Éste último explicó que, nada más recibir la llamada en el centro médico sotobarquense, se desplazaron en un vehículo propio con todo el material médico. “Debimos tardar seis minutos en llegar a la granja escuela”, apuntó el enfermero, que nada más poner pie en el recinto comprobó cómo la trabajadora antes citada intentaba reanimarle.

El trágico accidente ocurrió a las 15.20 horas aproximadamente y, minutos después, los profesionales ya estaban en plena intervención. “Cuando llegamos el pequeño no estaba vivo, el desfibrilador no daba señal”, apuntó el enfermero, que relató, además, cómo instantes después de la realización de esas pruebas médicas llegó una UVI móvil que nada pudo hacer por salvar la vida del pequeño tras la práctica de masajes cardiacos e insuflaciones de aire con el fin de que recuperara la respiración.

El abogado de la familia del menor, Óscar González. | Mara Villamuza

Uno de los monitores que ese día también trabajaba en las instalaciones de la granja escuela también fue llamado a declarar para intentar aclarar los hechos. “Yo pasaba por un camino próximo y vi el cuerpo del niño, ya fuera del agua, no vi cómo ocurrió todo”, señaló el monitor, quien apuntó asimismo que toda la organización del centro era tarea de la directora del complejo. Para ella, la Fiscalía pide tres años de prisión y la acusación particular que defiende a la familia del menor, uno más. El Ministerio Fiscal pide idéntica pena para dos monitoras y la acusación la sube un año más, e incluye además en ese listado al titular del negocio. Durante la sesión también declararon varios agentes de la Guardia Civil que intervinieron en el operativo tras el trágico suceso de la granja escuela de Riberas.

La segunda de las sesiones tuvo una duración de aproximadamente tres horas y veinte minutos, teniendo en cuenta que comenzó a las 9.45 y finalizó sobre las 13.20 horas.

El abogado de la acusación particular, Óscar González, destacó que los padres del pequeño Izan Álvarez “lo están pasando muy mal, francamente mal”. “Con el juicio ha llegado el inicio del fin de esta cuestión para dar un portazo a este proceso de una manera definitiva”, manifestó el letrado momentos antes de entrar a la segunda sesión de una vista oral que llega después de tres años y medio del trágico accidente registrado en la granja-escuela sotobarquense, que cerró sus puertas tras el fallecimiento del menor.

“La vista transcurre con toda la normalidad procesal, pero no se puede desvelar el contenido hasta que no finalice el proceso”, señaló el letrado, que dejó claro que los padres advirtieron a la dirección de la granja escuela que el niño tenía “auténtico” pánico al agua a la hora de matricularlo el 12 de julio de 2017, trece días de su fallecimiento. “Así se hizo constar en la hoja de inscripción de la matrícula y se puso con letras mayúsculas con fosforito: ojo, pánico al agua, cuidado con la piscina”, concluyeron en su argumentación sobre los hechos.

La vista oral finaliza con las pruebas periciales y las conclusiones

El juicio por homicidio del pequeño Izan Álvarez, que falleció ahogado en la piscina de la granja escuela de Riberas, en Soto del Barco, finalizará con las presentación en sede judicial de las pruebas periciales y el testimonio del forense. Además, las partes, la acusación particular y las cinco defensas, expondrán sus conclusiones tras escuchar a los acusados y testigos de las tres sesiones que comenzaron el lunes para que el caso quede visto para sentencia.

La cuestión está en dirimir la responsabilidad penal de la directora del centro, tres monitoras y el titular de la empresa sobre el fallecimiento de Izan Álvarez, de cinco años, a primera hora de la tarde del 25 de julio de 2017.

El Juzgado de instrucción número 2 de Avilés ha fijado la última de las tres sesiones a la misma hora que las anteriores, a las 09.45, y en la misma sala de vistas, la número 5. Está previsto que los padres del menor también estén presentes en la sede judicial aunque no en la sala, como ocurrió ayer, que esperaron hasta el final de la toma de declaraciones de los testigos tanto de manera presencial como a través de videoconferencia.

Compartir el artículo

stats