Marmitako, bonito a la plancha, sorropotún... El bonito del Norte ya ha entrado en las cocinas, aunque este año parece querer jugar al escondite con la flota asturiana, que está poniendo todo su empeño en aumentar las cifras de capturas. Y es que desde que comenzó la costerala avanzadilla asturiana partió rumbo a las Azores a mediados de mayo–, el sector ha gastado únicamente un 18,6 por ciento de la cuota; es decir, pescaron 3.000 de las 17.000 toneladas asignadas para este campaña, lo que representa casi un siete por ciento de capturas menos que en el mes de junio del año pasado. 

La previsión, no obstante, es que las capturas aumenten este mes de julio, la época más favorable para esta pesquería. La semana pasada en la Nueva Rula de Avilés se recibieron las descargas de 27 embarcaciones que subastaron, en total, 110.000 kilos de bonito del Norte. Hoy está previsto que entren al puerto pesquero de la ciudad 40.000 kilos más.

Todo hace indicar también que este año la costera se prolongará más allá de agosto al existir aún cuota suficiente y de acuerdo a la tradición pesquera, que llevaba la pesquería hasta septiembre. Este año, además, la Unión Europa anticipó la recomendación de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (ICCAT) y situó el total admisible de capturas (TAC) de bonito del norte en 37.801 toneladas para el 2021. Esa cifra representa un incremento del 12,5 por ciento respecto al cupo de 33.600 toneladas aplicado en 2020 y viene a fortalecer al sector pesquero. La cuota anual para España es de 17.704,08 toneladas en esta campaña recién estrenada.

“La pesquería se sigue desarrollando en pleno mar Cantábrico. La cercanía de cardúmenes a la costa, en algunos casos, permite que muchas embarcaciones de pequeño porte hayan iniciado la campaña. Y, por desgracia, la localización de los mismos ha provocado que barcos pelágicos hayan aparecido en escena”, lamentan desde la Nueva Rula, contrarios a las artes que utilizan estos barcos extranjeros, mayoritariamente franceses e irlandeses, con una red en forma de cono más grande que una red de arrastre. Los boniteros que descargan en Avilés, por contra, utilizan una técnica, la del curricán, respetuosa con el medio ambiente y los peces. Sacan los bonitos de uno en uno.

Con todo, el sector ha depositado las máximas esperanzas en la pesquería de túnidos, pues la campaña de la xarda ha sido mala –“desastrosa” llegan a decir algunos armadores– y el bonito se ve como la oportunidad de resarcirse, aunque éste se esconda en las profundidades. Confían en que este mes aumenten las capturas dada la proximidad de los peces a la costa. Pero con paciencia. Han constatado que hay gran cantidad de anchoa, lo que hace que “el bonito no tenga mucha hambre”, a lo que se suma que la temperatura del agua aún está dos o tres grados por debajo de las condiciones ideales para la pesca del bonito. 

Pero que el bonito esté cerca de la costa reduce los gastos, lo que es un punto a su favor. El gasto por barco bonitero oscila entre los 15.000 y 18.000 euros, según el armador y patrón del “Esmeralda III”, Fidel Álvarez Garaot para la primera marea en las inmediaciones de las Azores, en el Atlántico. Cada uno de los barcos lleva 20 toneladas de hielo, veinte toneladas de gasoil y víveres para mes y medio de travesía para seis personas. Con la proximidad de cardúmenes a Asturias se menguan los gastos por embarcación. Que las capturas sean hasta el momento escasas también se traduce en que los precios se mantengan relativamente estables en la rula avilesina, fruto de la demanda de este pescado de verano. 

El año pasado, los 55 barcos de la flota asturiana que participaron en la costera del bonito descargaron, en conjunto, 986.716 kilos, cantidad que duplicó con creces la que cosecharon tres años atrás; los 426.142 kilos que pescaron en 2017. Estas 986 toneladas reportaron unos ingresos en lonja de 3.937.000 euros, un 11% más que en la costera del año anterior, un ejercicio también bueno con 913.889 kilos y unos ingresos de 3,55 millones de euros. El buen resultado de la campaña de 2020 para la flota asturiana despejó los temores que al inicio de la costera había en el sector respecto a que la pandemia del coronavirus provocara un hundimiento de los precios. No fue así, sino que los precios medios se mantuvieron igual que en 2019. Este año confían en que la costera concluya también con éxito.