Para cruzar (legalmente) el paso de peatones de la avenida Conde de Guadalhorce junto al paso Larrañaga hay que armarse de paciencia. De mucha paciencia. Pero más aguante tienen todavía los que quieren desplazarse a pie desde el parque del Muelle al paseo de la ría, toda una odisea que lleva unos 17 minutos si coinciden los semáforos en rojo. El primer “parón” es para cruzar la calle del Muelle, con importante densidad de tráfico. El tiempo de espera ronda los cuatro minutos. Superado el reto, un nuevo obstáculo: las vías del tren. Si está al llegar o salir un tren, nueva espera, más importante que la anterior. Y ya en conde de Guadalhorce otro semáforo para alcanzar la ría. En total, hacer el trayecto cumpliendo la señalización supera con creces el cuarto de hora. "Para un tramo que se tarda nada, al final pasamos un cuarto de hora para hacer una foto; si alguien tiene prisa por cualquier circunstancia, que se olvide de cruzar por aquí", señalaron unas caminantes.