Nada de aglomeraciones, mascarillas y distancias. El día de Todos los Santos, de tradición secular, se celebró ayer en la comarca avilesina sin forzar los aforos, pues la asistencia a los cementerios de la comarca no se parecía ni de lejos a la que se registraba en los años previos a la pandemia por coronavirus. No hubo siquiera grandes complicaciones con el tráfico, regulado por la Policía Local de Avilés sin dificultades en los accesos al cementerio avilesino.
“El año pasado, por la pandemia, no hubo nada de nada; y este año, muy poco comparado con lo que había otras veces”, asegura Mari de la Vallina, vecina de La Carriona que acude a diario al camposanto de Avilés. “Como vivo aquí mismo, pues me acerco, y hoy hay muy poco, muy poco comparado con otros años. Y tampoco hubo mucho por semana, no se crea”, aseguró solo unos minutos antes de que empezara la misa de campaña en la explanada del cementerio.
El párroco de La Carriona, Francisco Panizo, dejó claras las normas antes de dar comienzo la eucaristía. “Hace buen tiempo y podemos estar al aire libre, con mascarillas y cumpliendo las medidas estipuladas por Salud”, pero hacía falta establecer las pautas de cara a la comunión, para lo que indicó dónde se situarían quienes la iban a dar para que los asistentes pudieran acercarse en fila, sin agolparse y recibiendo la eucaristía en la mano.
Pocas anécdotas se produjeron. La más llamativa, el desvanecimiento de un joven de 44 años, cuya identidad responde a las iniciales J. R. R. S., que fue atendido por el Servicio Médico de Urgencias (SAMU) en el propio cementerio y trasladado posteriormente al Hospital Universitario San Agustín. Fuentes sanitarias indicaron posteriormente que su estado era “favorable”. Pese a este incidente, la misa se desarrolló según lo previsto. En la homilía, el párroco oficiante comparó el año de la pandemia con “una especie de túnel en el que han desaparecido muchas personas”, y que “nos ha puesto frente a nuestra propia fragilidad, en el que a veces nos hemos sentido desamparados y que no hemos comprendido”. Pero a lo único que debemos tener miedo, señaló, “es a nuestra propia cobardía, a no enfrentarnos a lo que nos preocupa para solucionarlo”.
La jornada se desarrolló de manera similar en el resto de cementerios de la comarca. Y hoy se celebra el Día de los Fieles Difuntos.