La Nueva España

La Nueva España

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Teatro Palacio Valdés | Tres décadas de espectáculos

La cartelera internacional del escenario avilesino

Los responsables del odeón local empezaron a poner su mirada más allá de las fronteras en 1992 y así trajeron óperas italianas y del este de Europa y hasta a Kevin Spacey

El actor Kevin Spacey se dirige al teatro Palacio Valdés en el mes de septiembre de 2011. | Mara Villamuza

En el teatro Palacio Valdés se juegan todas las ligas: desde la del teatro escolar a la internacional. Y, entre medias, todos los demás escalones: teatro infantil y grandes estrenos de temporada. Pero esto no es nuevo. Pasa así desde hace treinta años; de hecho, la segunda función programada en el nuevo Palacio Valdés –la inmediatamente posterior a “El imposible mayor en amor, le vence Amor”– fue un montaje de Teatro Negro de Praga: “Made by homo sapiens”. Lo dirigió Pavel Marek, que ahora ya todo un clásico (sigue en la escena como si nada: no hace mucho, en Sevilla, con una revisión de “Alicia”).

Así que sí, desde hace tres décadas el odeón avilesino está en el mapa de atracción de produciones extranjeras. Generalmente han sido óperas (hace media docena de años que no se programa ninguna en Avilés: ni de gran calibre, ni de las otras), pero también se han programado unos cuantos espectáculos teatrales siderales. En 2012, por ejemplo,”Forests”, del Birmingham Repertory Theatre y el Barcelona International Teatre. Y en 2010 y 2011: “The Tempest” y “Richard III”, los dos de “The Bridge Project”, cuando la dirección anterior del Centro Niemeyer decía aquello de que había venido a colocar a Avilés en el mapa internacional en el que ya estaba.

En 1991 –todavía no estaba el teatro en condiciones– la Casa de Cultura acogió un “Don Giovanni”, de la Ópera de Cámara de Plovdiv, que es una ciudad búlgara, en el mismo centro de Bulgaria. Fue la primera representación de ópera de esta segunda tanda histórica, la que terminó en 2017 (cuestiones de presupuesto y de cambios en la política de programación musical). Y es que la última vez que había habido ópera en Avilés antes de aquella representación mozartiana de la Casa de Cultura había sido en 1942. O sea, que hubo de pasar casi medio siglo para que se pudiera escuchar ópera sobre un escenario avilesino.

Pero a partir de entonces se cogió carrerilla. Y en el Palacio Valdés han sonado espectáculos líricos fundamentalmente del Este de Europa, pero también de Italia. Y del Reino Unido. O Estados Unidos. El 25 de enero de 1996, por poner un ejemplo, el Palacio Valdés programó un “Porgy and Bess”, de George Gershwin, el mismo de “Un americano en París”. La directora y coreógrafa de aquel espectáculo fue Baayork Lee, que lleva en la escena desde los cinco años: éste hace setenta y seis. Fue una de las princesitas de aquel clásico “El rey y yo”. Yul Brynner rey de Siam y todo eso. En “Porgy and Bess” está “Summertime”, el superéxito de Louis Amstrong y Ella Fitzgerald. La función avilesina fue una producción del neoyorquino Teatro de Harlem.

De allí, de Nueva York, pero también de Londres –por eso, lo de “The Bridge Project” (proyecto puente)– llegaron a Avilés actores tan preclaros como Stephen Dillane y Kevin Spacey: media profesión teatral española no se perdió a finales de septiembre de 2011 al entonces director artístico del Old Vic de Londres colgado cabeza abajo en la boca del escenario. Después del caballo, del reino y de su ausencia. Fue aquel un “Richard III” que dio mucho que hablar: porque fue extraordinario, porque se vio en un teatro de las afueras de las afueras (lo programaron luego en Hong Kong, en el Epidauro) y porque, cuando llegó el tiempo del rechinar de dientes, salió mucho en la Sección Tercera de la Audiencia Provincial de Asturias: donde se juzgó a la anterior dirección del Niemeyer, la de mapa internacional avilesino.

Entra aquí Verónica Forqué, una de las actrices que asistieron a la primera función de este “Richard III” para el recuerdo. Escribió en LA NUEVA ESPAÑA: “Terminó la función y fuimos a cenar a La Posada. Empezaron a llegar los actores de la compañía. ‘Ay, Dios mío, ahora igual viene Kevin’, pensé. Gustavo [García], el chef de La Posada nos dijo que Kevin había dicho que venía. Así que cuando Kevin entró en el restaurante le dije que si le importaba hacerse una foto conmigo, muerta de vergüenza, y él dijo que no le importaba. Mi amigo Javier Ramírez nos hizo la foto y le dije a Kevin, muerta de vergüenza, que yo también era actriz. En inglés se lo dije. ‘Oh, good luck!’, me contestó, y se fue, con su gorra y su vaso de whisky, a cenar con sus compañeros”. No dijo que el escritor Nacho Artime, que también participó en aquella cena, había presentado a la Forqué como una “star”. “Like you”. Hace once años.

Compartir el artículo

stats