Sueño cumplido con los guantes puestos
María Echezarreta, “Cheza”, es portera de un equipo universitario de Carolina del Norte y en 2024 quiere regresar a Europa: “Me encantaría descubrir el mundo con el fútbol”
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María Echezarreta, en el paseo de la playa de Salinas, con La Peñona al fondo. | Inés Escandón / Illán García
María Echezarreta Fernández (Avilés, 2001) es Cheza, natural de Pillarno. Juega al fútbol desde que tenía 5 años y le va bien, es más, con 17 fue campeona de Europa con la selección española sub-19 y fue además la mejor guardameta del torneo.
Ahora sigue jugando al deporte de su vida en Estados Unidos, en Carolina del Norte, donde compagina pasión y estudios en la Escuela Northfield Mount Hermon. Tiene carácter en el campo y madera de capitana.
Cheza ama su deporte. Es más, desconoce cómo llegó a aficionarse a la pelota cuando el fútbol televisado tampoco es que le atrajera mucho, ni antes ni ahora. Es más de disfrutarlo en el campo que de verlo. Comenzó su carrera de benjamina en el colegio San Fernando, compartía vestuario con niños de su edad. Empezó de defensa y, al curso siguiente, como no había guardameta pues se ofreció ella.
Se enfundó los guantes y ahí sigue, desde su vista privilegiada del campo, organizando la defensa para que no pase ni un balón. De esos primeros años en el colegio recuerda que Quique Ferrao era el entrenador y que quizá recibiera algún tipo de discriminación por ser chica, pero lo que tiene grabado a fuego es que salió “hecha una guerrera”.
Todo, antes de llegar al Femiastur en alevines. Allí contaba con entrenador de porteras y su “mentor”, Pablo Villar. “Me gustó mucho el Femiastur, te divertías siempre y al estar ya con chicas había más complicidad, ellos daban más caña”, apunta la joven que pronto se erigió en líder y con 10 años fue capitana de la selección asturiana en Sevilla.
Compaginaba el deporte con los estudios y mientras tanto, construía su sueño: jugar al fútbol en Estados Unidos. Y al final, lo cumplió.
Tras su paso por el Femiastur, la que considera “una gran familia”. “La Toba, donde entrenábamos, es como mi casa”, indica la joven, que llegó a jugar con 12 años de guardameta y con una compañera de defensa veinte años mayor que ella. Aprendió valores y a disfrutar en “una escuela de fútbol” que hace un mes dejó de existir. Echezarreta fichó por el Oviedo Moderno –que luego fue Real Oviedo–, ganó tres ligas y jugó dos playoff para el ascenso a Primera división.
Su universo futbolístico comenzó a crecer. Disputó el campeonato de Europa de Selecciones, ganó con España y fue además designada como Mejor portera del torneo. Ese verano, el de 2018, fue el último de Cheza en Pillarno, de entrenos en el club Espartal y de baños con su tabla de surf en la playa de Salinas. Acabó el estío, y cogió la maleta para cruzar el charco. Al otro lado le esperaba defender la portería del NC State y estudiar una carrera que Echezarreta denomina “Empresariales del deporte” y que en España no existe como tal. También, por libre. Obtuvo un grado medio de nutrición online y una FP superior de marketing.
La portera no se cruza de brazos. Su meta está protegida en la Primera División del fútbol femenino, que milita en la Conferencia ACC “que es la más competitiva e importante”. Disfruta en el plano deportivo pero no en otros.
“Los deportistas están muy valorados, te convierten en atleta por algo son potencia mundial en esto”, afirma la deportista, que no ve dificultades para la vida social. Eso sí, la experiencia le está sirviendo para forjarse. Le queda un año y medio para acabar la universidad y en enero de 2024, si sus planes no fallan, entrar en el mercado de fichajes de invierno.
Quiere regresar a Europa, pero no a España. Prefiere el fútbol inglés y si le dan a elegir, se decantaría por el Arsenal, el Liverpool o el Tottenham. Eso sí, en un futuro próximo no le disgustaría jugar en otras latitudes.
“Me encantaría descubrir el mundo con el fútbol”, afirma la deportista castrillonense que celebra el auge del fútbol femenino de los últimos años con cierta cautela. No quiere que se politice y se convierta en un negocio millonario como el masculino. “Hay millonadas que no son normales, para qué quiero yo un salario de un millón de euros, hay mucha gente necesitada en todo el mundo”, afirma la joven que tiene claras sus ideas y su futuro.
Jugó también una temporada en el Atlético de Madrid –le pilló el confinamiento en España cuando ya estaba estudiando en EE UU–, tiene de referente a Iker Casillas y De Gea en el fútbol masculino y a Sandra Paños, del Barça, y a Tiane Endler, portera del Olimpique de Lyon, y también a María Rodríguez Naves, “Maru” exguardameta del Real Oviedo y actual entrenadora de porteras.
María Echezarreta Fernández (Avilés, 2001) estudió en el colegio San Fernando, donde comenzó a interesarse por el fútbol. De ahí pasó a la escuela de fútbol femenino Femiastur y más tarde fichó por el Oviedo Moderno.
La también guardameta ganó un mundial con la selección española sub19. Ahora juega y estudia en Carolina del Norte (EE UU).
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