La alianza de la empresa asturiana Windar y la estatal Navantia ha dado sus primeros frutos: las mayores cimentaciones fijas que se han fabricado en acero para soportar las torres eólicas del parque eólico marino de Iberdrola en Saint Brieuc, en la Bretaña francesa. Cada una de esas “jacket” pesa 1.150 toneladas, mide 75 metros de alto y 25 de ancho.
Los cuatro primeros colosos ya se han embarcado en La Coruña para trasladarlos a su destino. Según explicó ayer Carla Chawla, directora de programa de la UTE Navantia-Windar, una parte de ellos (28) ya se instalarán a lo largo de este verano, y se están ultimando las pruebas de otras 36. El objetivo es culminar el proyecto a finales de este año.
José Carlos Álvarez, director de proyecto de Windar Renovables, explicó que cada una de las tres patas de cada “jacket” va hincada en unos pilotes asentados en el fondo marino con dimensiones enormes: entra 40 y 50 metros de largo y dos de diámetro, que ya se están instalando en el parque eólico de Saint Brieuc.
Las “jacket” se trasladarán en dos barcazas, cuatro en cada una de ellas, y se calcula que en el verano se realicen siete traslados.
Este proyecto es el mayor encargo que ha recibido el consorcio Navantia-Windar para un contrato eólico marino. Para desarrollarlo, se llegaron a crear en momentos de pico de producción “más de mil empleos directos en las instalaciones” de Fene, en La Coruña, y “más de 250 en Brest y con la consecuente distribución en la cadena de valor, que genera otros tantos más”, señaló Chawla.
La importancia de este proyecto va más allá. “Hemos exportado nuestro modelo de negocio y ahora podemos hacer esa exportación a cualquier otro país del mundo”, resaltaron los responsables de ambas compañías implicadas en su desarrollo.
